El paraíso

Lucas 23:39-43

Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Lucas 23:43

El Paraíso también fue llamado “el seno de Abraham”, que Jesús mencionó en la historia del hombre rico y Lázaro (Lc. 16:22). Después de Su muerte, Jesús descendió a las partes más bajas de la tierra (Ef. 4:9), y Juan 20:17 muestra que pasó algún tiempo después de Su resurrección antes de que Jesús ascendiera al Padre. Por lo tanto, el Paraíso era “el seno de Abraham”, ubicado en el seol en las partes bajas de la tierra.

La frase “llevó cautiva la cautividad” de Efesios 4:8, se refiere a Jesús liberando a los santos del Antiguo Testamento de una parte del infierno llamada seol en hebreo. Es esta palabra hebrea la que se traduce “infierno” en el Salmo 16:10, que profetiza a Jesús diciendo: “Porque no dejarás mi alma en el infierno (el seol, el Hades), ni permitirás que tu Santo vea corrupción” (Hechos 2:27-30).

Los muertos impíos también iban al seol, o infierno, pero Jesús enseñó en Lucas 16:19-31 que había un gran abismo establecido entre los piadosos y los impíos. Aquellos en el tormento del infierno envidiaban a aquellos que estaban disfrutando de las bendiciones del Señor en el seno de Abraham o ‘el Paraíso’.

Aunque estos santos del Antiguo Testamento eran bendecidos, no podían entrar en la presencia del Señor porque la expiación de Jesucristo no se había completado. En ese sentido, eran cautivos. Cuando Jesús murió, descendió al Seol y se llevó a los cautivos con él. Los llevó al cielo, a la presencia misma de Dios, y desocupó el Paraíso. Después de eso, todo lo que quedaba era el tormento del infierno.

El ladrón que estaba junto a Jesús cuando los crucificaban le pidió que se acordara de él, y Jesús le aseguró que se encontrarían pronto en el Paraíso. Hoy, ya sea que seas raptado para encontrarte con Jesús en el aire o simplemente abandones tu cuerpo en la vejez, puedes esperar encontrarte con Él en el Paraíso.

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