Siempre se puede distinguir a los que tienen la autoridad dada por Dios por el fruto que producen.

Uno de los grandes errores de la iglesia moderna es pensar que la evangelización es algo que se hace dentro de las cuatro paredes del edificio de la iglesia.

¿Crees que Dios te ha llamado alguna vez y tú no estabas allí? No dejes que eso ocurra hoy.

Del mismo modo, el potencial de tus actos de amor y fe hacia los demás está más allá de tu comprensión.

Él nos da unciones y dones especiales para cumplir Su voluntad. Todo lo que tenemos que hacer es someternos a Él, y Él hará el resto.

Tú vida no fue un accidente, ni evolucionaste de los simios. Fuiste creado por un Dios amoroso, que tiene un propósito específico para ti.

El agradecimiento nos recuerda constantemente que Dios es nuestra Fuente.

Nos hemos vuelto demasiado autosuficientes para sentir la necesidad de la gracia redentora y preservadora, demasiado orgullosos para orar al Dios que nos hizo.

La memoria es algo poderoso. Una visión, un sonido o un olor pueden desencadenar emociones y acciones que quizá no hayamos experimentado en años, todo porque nos hace recordar.

En el corazón de alguien que ha experimentado constantemente la fidelidad de Dios, habita una fuerza y una profundidad de esperanza que un novato no puede entender ni apreciar.

Jesús dijo que tú echarías fuera demonios, sanarías a los enfermos, hablarías con nuevas lenguas, y que señales y maravillas te seguirían. ¡Eso significa que tienes una vida muy emocionante delante de ti!

El poder que ahora está obrando en los creyentes es el mismo poder que obró en Cristo para resucitarlo de entre los muertos.

El bautismo en agua es un testimonio externo del cambio interno que ya ha tenido lugar en nuestros espíritus en el nuevo nacimiento.

Dios es un Dios bueno y el diablo es un diablo malo. Si es malo, es del diablo; si es bueno, es de Dios.

Tu vida no debe ser una carrera contra los demás, sino una carrera para ser más y más como Jesús cada día.

La pregunta más importante que todos nosotros debemos responder es nuestro amor al Señor.

La diferencia entre actuar según la Palabra de Dios y hacer las cosas a nuestra manera no está en la acción en sí, sino en la actitud de nuestro corazón.

La fe por sí sola salva, pero la fe salvadora nunca se presenta sola porque debe ser puesta en práctica. Esto es lo que Jesús quiso decir cuando ordenó que todos los creyentes fueran bautizados en agua.

El hablar en lenguas es un don único en la Era de la Iglesia. Esto es porque cuando una persona habla en lenguas, su espíritu nacido de nuevo está hablando y no su mente.

La paz de Dios es algo que cada creyente nacido de nuevo tiene, es un fruto del Espíritu. Esa paz siempre está tomando decisiones, pero no siempre prestamos atención.