Un Sacrificio Voluntario

Génesis 22:1-18

“Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar.”

Génesis 22:9

En Lucas 18:8 Jesús dijo: “Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la Tierra?”. Él está buscando fe en los creyentes, y nuestra fe debería ser aun mayor que la de los creyentes del Antiguo Testamento que no habían nacido de nuevo. Este asombroso relato de Abraham ofreciendo a su hijo Isaac a Dios como sacrificio ha inspirado fe en muchas personas a través de los tiempos. Sin embargo, Abraham no fue el único que expresó una fe y fidelidad asombrosas. Las acciones de Isaac también fueron asombrosas.

La mayoría de los eruditos creen que Isaac tenía unos diecisiete años en ese momento, lo que significa que Abraham tenía 117 años. Isaac pudo haber peleado y fácilmente dominado a Abraham. Ciertamente podría haber corrido más rápido que su querido padre, pero permitió que su padre lo atara y lo colocara sobre el altar, sabiendo muy bien que era el sacrificio de su padre. No hay ninguna indicación de que Isaac gritara pidiendo ayuda o se resistiera de alguna manera. Isaac confiaba plenamente en Dios, en su padre o en ambos.

Esta es una imagen perfecta de cómo Dios sacrificó a Su Hijo Jesús por nosotros. Fue un asombroso acto de amor por nosotros de parte de Dios, pero fue igualmente maravilloso lo que hizo Jesús. Jesús pudo haber llamado a legiones de ángeles para que lo libraran, pero no lo hizo (Mt. 26:53). Se entregó a Su Padre tal como lo hizo Isaac, incluso hasta la muerte.

Tal amor y sacrificio tenían un propósito, que era redimirte y revelar el gran amor de Dios por ti y el sacrificio amoroso de Jesús por ti. Eso es algo en lo que puedes tener fe. Hoy puedes mirar a Jesús, que voluntaria y amorosamente se entregó por ti; y de la misma manera, voluntaria y amorosamente entrégate a Él en todo lo que hagas.

Entonces, cuando Él mire a la tierra, ¡Encontrará tu fe!

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