¿Qué hacer cuando parece que tus oraciones no son contestadas? 

Todos hemos tenido experiencias en las que parecía que nuestras oraciones no habían sido contestadas. Pero ¿es eso realmente lo que ocurrió? La Biblia dice en Mateo 7:7 "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá". ¿Es esto cierto? Bueno, mucha gente dice que no puede tener un significado literal, porque pueden citar experiencias en las que pidieron algo y no lo recibieron. Pero aquí es donde tenemos que tomar una decisión, Romanos 3:4 dice "Antes bien sea Dios veraz, y todo hombre [o en este caso, toda circunstancia] mentiroso". La Palabra de Dios es verdadera, no nuestras experiencias. 

  

Esta es una de las razones por las que ha surgido tanta división doctrinal. La Palabra es clara en su doctrina, pero cuando alguien prueba la Palabra y no ve los resultados prometidos, en vez de admitir que pudieron haber fallado, intentan justificarse: "Seguramente esto también les sucedió a los apóstoles" o "No debe haber sido la voluntad de Dios", etc. Dios no es el problema, somos nosotros. Porque Dios siempre responde, pero nosotros no siempre recibimos. 

  

Lo que realmente sucede cuando pedimos en la oración es que Dios se mueve inmediatamente y nos da la respuesta en nuestro espíritu; y nosotros somos responsables de creerlo y actuar en consecuencia para traer la respuesta al mundo físico. Dios es un espíritu (Juan 4:24), y Él siempre suministra la respuesta a nuestro hombre espiritual. Por medio de la fe es que nosotros damos sustancia física (He. 11:1) a lo que Dios ha hecho. 

  

Somos como un transformador espiritual. El poder espiritual tiene que ser convertido en poder físico, así como las señales de radio tienen que ser convertidas en frecuencias audibles para nuestro oído físico. No se oye la señal real emitida por la emisora de radio, sino una señal que ha sido captada por un receptor y traducida en un sonido audible. Cuando una persona dice que no hay señales de radio donde está porque no las oye, sabemos que es una mentira; pero esa persona es simplemente ignorante de que las señales están ahí, porque están presentes en una frecuencia superior a la que el oído humano puede percibir. Las señales de radio tienen que ser "demoduladas" en una frecuencia más baja que podamos escuchar. 

  

Así es como llegan nuestras respuestas de oración. Dios se mueve en el mundo espiritual y nos da nuestra respuesta por fe; entonces, nosotros la convertimos en una realidad física a través de nuestras acciones. Esto no quiere decir que seamos nosotros quienes producimos la respuesta por nuestro propio poder. Es Dios quien obra los milagros, pero nosotros somos el medio. Sin Él, no podemos hacer nada, pero nos ha hecho coherederos con Cristo para que Él no haga nada sin nosotros. Efesios 3:20 dice: "Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, SEGÚN EL PODER QUE OBRA EN NOSOTROS" (énfasis mío). Tenemos un papel que desempeñar cuando se trata de recibir de parte de Dios. La ignorancia de esta verdad ha sido nuestro mayor problema. 

  

Ahora puedes entender mucho más claramente lo que significa Marcos 11:24: "Todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá". Tú recibes en tu espíritu por la fe inmediatamente, y lo verás suceder en el ámbito físico más tarde. Puede ser un minuto, un día, o un año, pero no puedes vacilar en el creer que Dios ya ha contestado tu oración. El tiempo que toma para que la respuesta de Dios se manifieste en lo físico depende de muchas cosas, pero no es Dios quien lo determina, porque Él responde inmediatamente. Recuerda, dice que debes creer que recibes CUANDO ORAS. Dios no te pide que creas algo que no es verdad; sino que recibes instantáneamente en tu espíritu, y se manifestará en lo físico más tarde. 

  

Un ejemplo de esto es en Daniel 9 y 10. En el capítulo 9, Daniel oró una oración, y mientras él todavía estaba orando, su respuesta vino por medio del ángel Gabriel dándole "habilidad y entendimiento" en la revelación que él deseaba. Esa fue una respuesta rápida a su oración; pero en el versículo 23, Gabriel dice que Dios lo había enviado desde el principio de su oración. Dios se movió instantáneamente, pero la respuesta tardó 3 minutos en aparecer en el reino físico. En el capítulo 10 de Daniel, él hizo otra oración, y su respuesta tardó tres semanas completas en manifestarse. ¡Qué diferencia! 

  

La mayoría de la gente diría: "Me pregunto por qué Dios contestó esa primera oración en tres minutos, y la segunda tardó tres semanas". Pero en Daniel 10:12, encontramos que Dios también contestó la segunda oración instantáneamente. ¡Gloria a Dios! El Señor no era la variable. En este caso, era una fuerza demoníaca, "el príncipe del reino de Persia" había obstaculizado la respuesta a la segunda oración de Daniel. 

  

Ya sea Satanás o la voluntad de las personas o la incredulidad o cualquiera de los otros posibles obstáculos, es importante que sepas que no es Dios quien parece tan impredecible (Sal. 102:27, Mal. 3:6). De hecho, esta es una verdad fundamental en la que debes estar bien establecido antes de intentar hacer algo para acelerar la respuesta a tu oración. Si oraste una oración que está de acuerdo con la Palabra de Dios, Dios la responde inmediatamente (1 Juan 5:14-15; Daniel 9 y 10). Si entiendes esto estás listo para comenzar a liberar tu fe y traer esa respuesta a su completa manifestación. 

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