¿Cuál es la verdad?
Mateo 27:4
Diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
Mateo 27:4
A los judíos religiosos que habían cortejado el favor de Judas para obtener su cooperación en el arresto de Jesús no les importaba él, simplemente lo utilizaron. La multitud del diablo te adulará y hará que prosperes mientras puedan utilizarte; pero cuando ya no les sirvas de nada, te abandonarán como los sumo-sacerdotes a Judas.
La serpiente no se acercó a Eva en el Huerto del Edén amenazándola con morderla si no comía del fruto prohibido. En lugar de eso, vino con engaños, presentándose a sí misma como preocupada por su bienestar. La mejor arma de Satanás es el engaño, que consiste en tergiversar la verdad, usar medias verdades y también mentir descaradamente. Primero, él torcerá la Palabra de Dios ‘solo un poco’, le añadirá algo, y en el momento correcto dirá exactamente lo opuesto de lo que Dios dijo originalmente.
Así como el éxito de un atleta o de un militar depende en parte de lo bien que conozca a su oponente, los creyentes no deben ignorar las artimañas de Satanás (2 Co. 2:11). Jesús despojó a Satanás de toda su autoridad (Mt. 28:18), y la única influencia que el enemigo tiene sobre nosotros es el engaño. Si él puede hacernos creer una mentira, algo que no concuerda con la Palabra de Dios, él puede hacer que usemos nuestro propio poder y autoridad contra nosotros. Lo que hace que el engaño sea tan mortal es que aquellos que son engañados no lo saben. Una vez que se dan cuenta de que están engañados, ya es demasiado tarde.
La mejor defensa contra el engaño del diablo es estar tan enfocado en la Palabra que no hay lugar para sus mentiras. Siempre que sientas la presencia del mal o disciernas una idea o pensamiento que pueda ser malo, corre a la Palabra de Dios para comprobarlo. Pídele al Espíritu Santo que te muestre cuál es la verdad.
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