El Misterio De La Trinidad

Juan 8:12-27

“Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.”

Juan 8:19

Jesús habló de ser uno con Su Padre, especialmente en Juan 17. Esta unidad era más que compartir un mismo propósito. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento afirman que hay un solo Dios (Mal. 2:10; 1 Ti. 2:5). Esta verdad está tan bien establecida en las Escrituras que algunas personas no hacen distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; creen que son simplemente un Dios que se expresa de tres maneras diferentes. Sin embargo, en Juan 8, Jesús hace una clara distinción entre Él y Su Padre. Él y Su Padre son ‘dos testigos’, y esto cumple con el requisito de Deuteronomio 17:6. Jesús habría estado engañando a estos judíos si no hubiera una distinción entre Su Padre y Él mismo; sin embargo, ellos son uno (Jn. 10:30; 1 Jn. 5:7). ¡Este es un gran misterio!

Deuteronomio 6:4 dice: “El Señor nuestro Dios es un solo Señor”. No tenemos tres Dioses, sino un solo Dios, claramente identificable como tres personas. Este es un gran misterio que no ha sido adecuadamente explicado. Las Escrituras revelan la verdad de la Trinidad, pero no intentan explicarla. Simplemente aceptamos esta revelación tal como es. Un día conoceremos todas las cosas, así como somos conocidos (1 Cor. 13:12).

Jesús dijo que el testimonio de Su Padre era el mayor testimonio de quién era Él. Dijo que conocerle a Él era conocer al Padre. Siempre que te preguntes si realmente conoces la voz y los caminos de tu Padre celestial, solo mira a Jesús. Él es igual al Padre. Todo lo que Jesús siente, cree y hace, el Padre también lo siente, cree y hace. Para cada pregunta o problema que enfrentes hoy, Jesús es la clave para entender al Padre.

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