Evita las Malas Conversaciones
1 Corintios 15:32-34
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.”
1 Corintios 15:33
Te has dado cuenta de que es más fácil engordar que adelgazar. También es más fácil destruir cosas que construirlas, enfermar que mantenerse sano y arruinar una relación que mantenerla. Parece que las cosas que deseamos son más difíciles de conseguir que las que queremos evitar. Lo mismo ocurre con lo que oímos.
Los valores y actitudes que tardan mucho tiempo en forjarse pueden destruirse fácilmente con unas pocas palabras. Sin duda, todo el mundo ha visto apagado su entusiasmo por las palabras de desaprobación de otra persona. Nuestras palabras son importantes, pero también lo son las palabras de cada persona que escuchamos. Para tener éxito en el reino de Dios, no sólo tenemos que vigilar lo que decimos, sino también lo que oímos.
En nuestros días, los cristianos están más expuestos que nunca a las palabras negativas de este mundo. La mayoría de nosotros metemos esas palabras en nuestras casas y automóviles. En segundos somos conscientes de todas las cosas terribles que ocurren en el mundo. Algunas personas incluso escuchan canciones que se lamentan de las miserias y penas de la humanidad para entretenerse. Sin embargo, estas palabras tienen poder, el poder del mal. Tienen la capacidad de deprimirnos y provocarnos miedo. No necesitamos eso. Debemos ser un pueblo de fe y esperanza.
Piensa en las palabras que oyes hoy. ¿Realmente necesitas o quieres lo que estás viendo y oyendo? Elige la vida en lugar de la muerte (Dt. 30:19). Si una palabra que se te dice no aumenta tu fe y no te atrae a Jesús, ¡repréndela y recházala! Entonces redirige tus pensamientos a su Palabra y alégrate.
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