Honra a tus padres

Juan 19:26

Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.

Juan 19:26

Juan es el único autor en los Evangelios que relata el último ministerio de Jesús a Su madre, quizá porque fue el único presente además de María y Jesús. Incluso durante Su sufrimiento extremo, Jesús pensó en Su madre y la honró entregándola al cuidado de Juan. De esta manera Jesús estaba cumpliendo el segundo mandamiento de la Ley, que indicaba honrar a Sus padres.

Los cristianos deben honrar a sus padres incluso al convertirse en adultos. Sin embargo, el mandamiento de obedecer es temporal (Ga. 4:1-2). El honor naturalmente lleva a la obediencia si no se pide nada contrario a las leyes de Dios, pero el honor y la obediencia no son sinónimos. Las Escrituras enseñan que cuando un hombre se casa debe dejar a su padre y a su madre, y unirse a su mujer (Gn. 2:24). Esta es la razón por la cual la interferencia de los padres en el matrimonio de su hijo o hija es la fuente de muchos divorcios y muchos problemas matrimoniales. Sin embargo, un creyente debe honrar a sus padres.

La definición de la palabra honrar significa “estimar, respetar”, y la palabra griega de la cual se traduce honrar significa “apreciar, es decir, determinar una valoración sobre algo o alguien”. Cuando somos jóvenes, es bueno estimar y valorar las opiniones de nuestros padres por encima de las de nuestros compañeros y amigos. La actitud de que los padres ‘están pasados de moda’ los deshonra y nos priva de su sabiduría y consuelo. Cuando seamos mayores, es posible que no estemos de acuerdo con nuestros padres, sobre todo si son incrédulos, pero nunca debemos deshonrarlos ni faltarles al respeto. Si han sido abusivos o impíos, honrarlos no significa creer lo mismo que ellos o actuar como ellos. Honrarlos es simplemente una actitud de respeto por la posición que ocupan como aquellos que nos dieron la vida.

Dice en Éxodo 20:12, Deuteronomio 5:16 y Efesios 6:1-3 que honrar a tu padre y a tu madre es el primer mandamiento con promesa. Este mandamiento es el primero de los Diez Mandamientos que da una promesa de bendición a aquellos que lo obedecen. Honra a tus padres como Jesús honró a los Suyos, y vivirás una vida larga y próspera.

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