Jesús, la Piedra Angular

Mateo 16:13-19

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”

Mateo 16:18

Algunas personas han interpretado erróneamente este pasaje para decir que Pedro era el fundamento sobre el cual Cristo edificaría su Iglesia; sin embargo, eso infringiría muchas escrituras que se refieren a Jesús como la “piedra angular”. Efesios 2:20 sí menciona a los apóstoles como parte de las piedras fundamentales de la Iglesia de Cristo, pero no destaca a Pedro por encima de ninguno de los otros apóstoles. Este mismo versículo también menciona a Jesús como la “piedra angular”.

En el versículo 18 se utilizan dos palabras griegas diferentes para Pedro y roca respectivamente. La palabra traducida Pedro significa un pedazo de roca como un guijarro. En contraste, la palabra traducida roca significa un peñasco macizo, que ciertamente se refiere a Jesús, la “piedra angular principal.” Algunos han sugerido que la roca angular a la que se hace referencia fue una confesión que Pedro hizo, diciendo que Jesús era “el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt. 16:16).  Aunque es cierto que para entrar en el reino de Dios debemos confesar que Jesús es el Señor (Ro. 10:9-10), a la luz de las profecías del Antiguo Testamento y las referencias del Nuevo Testamento que señalan a Jesús como la “piedra angular principal”, este pasaje de la Escritura debe referirse directamente a Jesús como la roca sobre la que Él edificará Su iglesia.

Una de las mayores diferencias entre los creyentes del Nuevo Testamento y los del Antiguo Testamento es que los creyentes del Nuevo Testamento son el templo de Dios. Dios mismo mora en ti y en mí, Él no habita en un edificio hecho por manos humanas, sino que vive en los corazones de quienes han declarado a Jesús como su Señor (Ro. 10:9).

La piedra angular de tu vida en Dios debe ser una revelación cada vez mayor de su Hijo. Cuando tienes una verdadera comprensión de la realidad de Cristo en ti (Col. 1:27), cambia drásticamente tus actitudes, emociones y acciones.

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