Participa en Sus sufrimientos

Mateo 20:17-25

Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.

Mateo 20:22

La palabra griega para “bautizar” es baptizo. Josefo utilizó la palabra para describir la ciudad de Jerusalén como “abrumada” o “sumida” en la destrucción por los romanos, y Plutarco (también del siglo I d.C.) utilizó esta palabra para referirse a una persona que era “sumergida” en el mar. En la Biblia Septuaginta (la versión griega del Antiguo Testamento), baptizo se utiliza para describir a Naamán sumergiéndose en el río Jordán (2 Re. 5:14). Del griego clásico al griego del Nuevo Testamento se ha mantenido el mismo significado básico: “Sumergir, inmergir, hundir o zambullir”. Jesús estaba preguntando a los discípulos si podían ser sumergidos y sumidos en los mismos sufrimientos que Él experimentaría.

En ese momento, los discípulos no tenían ni idea de lo que Jesús sufriría por ellos. Era inconcebible para ellos que Él fuera apresado y ejecutado por aquellos de quienes había huido ya por tres años, y Él realizaba milagros a diario. Esta es también una imagen de nuestra vida cristiana. Tenemos al Hacedor de Milagros viviendo dentro de nosotros, y aun así sufrimos por Su nombre. Llevamos a la gente a la salvación, sanamos a los enfermos, expulsamos demonios, alimentamos a los hambrientos, vestimos a los pobres y, aun así, hay ocasiones donde sufrimos.

La gente habla de nosotros y busca humillarnos. A veces nos traicionan y nos roban. Pero nuestro sufrimiento no es como el de la gente “normal”, porque compartimos los sufrimientos de Jesús. Nuestras vidas no son nuestras (1 Co. 6:19) y, como Jesús, sufrimos por el gozo puesto delante de nosotros (He. 12:2). Sabemos que nuestro futuro es la eternidad con Él en el cielo, y sabemos que mientras estamos aquí caminamos en la victoria que Él obtuvo para nosotros en cada situación que enfrentamos. Si estás participando en los sufrimientos del Señor, si la gente te está haciendo la vida difícil porque le amas y le sirves, compartirás Sus recompensas también. Con esto en mente, hoy puedes realmente gritar, saltar y alegrarte en los momentos de sufrimiento por Su causa.

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