Jesús te rescató
Marcos 10:45
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10:45
Jesús les habló muchas veces a Sus discípulos sobre Su muerte, pero esta es la primera vez que indica el motivo de Su muerte. Ahora está claro que Su muerte sería un “rescate”, definido en griego como un medio de comprar la libertad de alguien que había sido llevado cautivo. Las palabras “rescate” y “redimir” se usan indistintamente en las Escrituras.
Jesús no solo pagaría el precio del pecado, sino que Su muerte sería sustitutiva. En 1 Timoteo 2:6, la palabra “rescate” se toma de la palabra griega antilutron, que significa “un precio de redención”. La palabra griega anti significa “en lugar de”. En otras palabras, Jesús moriría en nuestro lugar. Él pondría Su vida en las manos del enemigo para que nosotros fuéramos libres.
El precio pagado por nuestra redención fue la vida de Jesús, que estaba contenida en Su sangre sin pecado (Col. 1:14). Según Hebreos 9:12, esta redención es eterna, está destinada a purificarnos de toda iniquidad (Tit. 2:14) y nos inspirará a servir al Dios vivo (He. 9:14). Jesús nos rescató porque nos amaba, pero también porque fuimos creados con un propósito.
Hubo un tiempo en que tu peor enemigo te tenía cautivo, un enemigo que exigía el pago de un precio antes de liberarte. Tu enemigo era tu naturaleza pecaminosa, ¡y se necesitaba un milagro para cambiar eso! Gracias a Dios, Jesús se convirtió en ese milagro para ti, Él cargó con todas las cadenas y la esclavitud del pecado sobre sí mismo para que tú pudieras ser libre. Él te rescató del pecado, de la muerte y de todo el poder del diablo. Eso es algo por lo que puedes alabar a Dios hoy.
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