Sin excusas

Lucas 12:45-48

Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

Lucas 12:48

Este versículo habla de diversos niveles del juicio de Dios basados en el conocimiento de la persona que cometió el pecado. Todo el cuarto capítulo de Levítico describe los pecados cometidos por ignorancia. Jesús dijo en Juan 9:41: “Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece”. También, Romanos 5:13 dice: “donde no hay ley, no se inculpa de pecado”.

Pablo dijo en 1 Timoteo 1:13 que él obtuvo misericordia porque había pecado “ignorantemente en incredulidad”. El pecado del que hablaba era la blasfemia, que Jesús enseñó que era imperdonable si se hacía contra el Espíritu Santo. Por lo tanto, vemos que la ignorancia en el caso de Pablo le dio derecho a una segunda oportunidad. Si hubiera continuado blasfemando después de haber visto la verdad, seguramente habría pagado el precio de su pecado.

Esto no quiere decir que una persona que no tiene una revelación completa de la voluntad de Dios es inocente independientemente de sus acciones. Levítico 5:17 deja claro que un individuo sigue siendo culpable aunque peque por ignorancia. Romanos 1:18-20 revela que hay un conocimiento intuitivo de Dios dentro de todas las personas para reconocer e incluso entender la Divinidad. Este mismo capítulo explica que la gente ha rechazado y tergiversado esta verdad, pero que ciertamente Dios entregó este conocimiento y nadie tiene una excusa que valga.

Nadie podrá presentarse ante Dios el Día del Juicio y decir: “Dios no es justo”. Él otorgó la oportunidad de conocerlo a cada persona que ha vivido, sin importar cuán remota o aislada haya estado.

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