Tu nueva naturaleza en Cristo

Mateo 24:13

Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.

Mateo 24:13

Aquí Jesús enseña que el creyente debe perseverar en la fe para recibir la salvación completa. La salvación es un don que no puede ser ganado o mantenido por nuestras propias obras. Tiene que ser recibida por fe, y hay un esfuerzo de nuestra parte para mantener esa fe.

La santidad no producirá una relación con Dios, ni la falta de santidad hará que Dios se aleje de nosotros. Él se relaciona con nosotros por medio de nuestra fe en Jesús, y no según nuestro buen comportamiento. La santidad evitará que Satanás robe nuestra fe, mientras que la falta de santidad es una invitación abierta para que el diablo haga lo peor en nuestra vida. Una persona que quiere perdurar hasta el final no puede permitirse un estilo de vida con libre acceso a Satanás en cada área de su vida.

Aunque Dios no nos imputa nuestros pecados, no podemos darnos el lujo de pecar porque esto permite que Satanás tenga acceso a nuestra vida. Cuando un cristiano peca y le da al diablo la oportunidad de producir muerte en su vida, la manera de detener esto es confesando el pecado. Dios es fiel y justo para tomar en cuenta el perdón que ya está presente en nuestros espíritus nacidos de nuevo y liberarlo (manifestarlo) en nuestra carne (1 Jn. 1:9), eliminando así a Satanás y sus fortalezas.

La santidad es un subproducto de una relación íntima con Dios; pero no produce la relación con Dios. Es la naturaleza de un cristiano querer hacer lo correcto. Si yo te preguntara: “¿Realmente quieres pecar?”. Tú dirías que no porque estás viviendo desde tu nueva naturaleza de la justicia de Dios en tu interior. Recuerda esta verdad hoy cada vez que el diablo venga a tentarte y ¡mantente firme en la fe!

Este devocional es traducido al español gracias a la generosidad de nuestros asociados. Si quieres alcanzar a Latinoamérica a través de tu generosidad ¡Únete a nuestra comunidad de asociados hoy mismo!

Anterior
Anterior

Resiste la tentación del pecado

Siguiente
Siguiente

Fundamenta tus relaciones en Dios