Fundamenta tus relaciones en Dios
Mateo 24:12
Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
Mateo 24:12
La única razón por la que la abundancia de iniquidad enfriaría el amor de alguien por el Señor sería si no estuvieran separados de esa iniquidad. Lot era un hombre justo cuya alma se afligía cada día viendo y oyendo a los impíos (2 P. 2:8).
Tenemos que lidiar con el sistema del mundo y con los que están en él, pero debemos tener cuidado y mantener la distancia adecuada. Debemos evitar las relaciones con aquellos que nos influyen negativamente más de lo que nosotros influimos positivamente en ellos. El matrimonio es un área donde este principio es especialmente cierto. No hay unión más estrecha en la vida que la relación matrimonial. Un creyente que se casa con un incrédulo está transgrediendo las Escrituras de manera directa y está jugando con fuego (2 Co. 6:14). El Señor debe ser la persona más importante en nuestras vidas. ¿Cómo podríamos unirnos con una persona que no ama a nuestro Señor?
Es una locura pensar que después del matrimonio un cónyuge incrédulo aceptará al Señor. Aunque sucede, no se puede garantizar. De hecho, las estadísticas están abrumadoramente en contra de que esto suceda. Sin embargo, si hoy tú te encuentras en esta situación y estás creyendo en Dios para que tu cónyuge sea salvo, necesitas el apoyo de otros creyentes en tu iglesia para mantenerte fuerte y seguir creciendo en el Señor. No puedes permitir que tu cónyuge incrédulo te impida crecer espiritualmente. Nadie se beneficiará si te apartas para complacer a tu pareja.
Estar en yugo desigual con incrédulos simplemente no funciona. Los creyentes y los incrédulos son tan diferentes como la justicia y la injusticia, la luz y la oscuridad, y Jesús y el diablo. Uno tiene fe y el otro no. Espero que hayas evitado esto si ya estás casado. Si no estás casado, decide hoy mismo no caer en este engaño.
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