Un Fruto sin Esfuerzo
Juan 7:37-41
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.”
Juan 7:38
Estos ríos de agua viva se refieren al Espíritu Santo y a los efectos que produce en la vida de un creyente. Gálatas 5:22-23 dice: “El fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.” Estas cualidades deben fluir de nosotros como un pozo artesiano. No deberían tener que ser bombeadas. Fluirán a medida que conformemos nuestro pensamiento a la Palabra de Dios.
Jesús habla de dar fruto en Juan 15 y declara: “ separados de mí nada podéis hacer.” (Jn. 15:5). Este fruto es el producto del Espíritu Santo, no de nuestros esfuerzos. Sin embargo, ya que “El que está unido al Señor es un solo espíritu” (1 Co. 6:17), este fruto del Espíritu es también lo que producen nuestros espíritus nacidos de nuevo. Nuestros espíritus siempre tienen estos atributos a pesar de lo que sentimos en nuestras emociones.
La falta de comprensión de esta verdad ha hecho que muchos cristianos piensen que serían hipócritas si expresaran alegría cuando se sienten deprimidos. Sin embargo, es sólo nuestra parte anímica la que se deprime. Nuestros espíritus llevan siempre el fruto del Espíritu. ¡Una persona que busca caminar en el Espíritu es un hipócrita cuando permite que sus emociones del alma dominen sus emociones espirituales! Aquellos que entienden esto tienen la opción de dejar que sus almas los depriman o dejar que el Espíritu Santo, a través de sus espíritus nacidos de nuevo, libere su alegría y paz.
Tu fruto no es producido por ti; es producido por el Espíritu Santo en ti. Tu parte es ceder a Él y mostrar su emoción, no la tuya.
Haz esto hoy, y vivirás en unión con Él, ¡produciendo mucho fruto!
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