¿Sabías que Dios no creó al diablo? 

Hoy en día la mayoría de las personas creen que Dios creó a Satanás, pero a la luz de la Palabra esto no es correcto. Dios creó a Lucifer. A primera vista pareciera que no hay una gran diferencia, pero una vez que entiendas quién creó a Satanás, cambiará tu perspectiva de él para siempre, continúa leyendo y descubrirás al verdadero creador de Satanás.  

Una vez que descubras esta poderosa verdad nunca volverás a dudar acerca de tu autoridad sobre el diablo. Te darás cuenta de que él es un ser inferior, incapaz de hacer algo sin la cooperación del ser humano. Cualquier miedo que tengas sobre él desaparecerá mientras te des cuenta de que él no es nada sino un cobarde sin poder. 

Creo que Dios ha creado todas las cosas, incluyendo a Lucifer. Él creó a Lucifer como un ángel poderoso y ungido. Sin embargo, Lucifer no estaba satisfecho con eso, y no se conformó con ser el querubín ungido que Dios había creado. 

En Ezequiel 28:13-14, se menciona que originalmente él estaba en el huerto del Edén: 

“En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas”.  

La mayoría de las personas creen que Lucifer tomó un tercio de los ángeles del cielo y los guió a rebelarse en contra de Dios, donde fue derrotado y luego arrojado a la Tierra. La Escritura en la que se basan para esto se encuentra en Apocalipsis 12:4, y quien comenzó a popularizar esta idea fue Finis Dake en el comentario bíblico de Dake. No pienso que eso haya ocurrido en realidad. 

Creo que Satanás se encontraba originalmente en la Tierra, en el huerto del Edén como Lucifer. Era el ángel número uno de Dios enviado a la Tierra para ser una bendición para Adán y Eva. 

Hebreos 1:14 menciona esto acerca de los ángeles:  

“¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?” 

Lucifer no fue enviado a la Tierra para tentar a Adán y Eva sino para bendecirlos. Era un ser angelical enviado para ser su protector, para ministrarles y servirles. Estaba ahí con una misión divina, en su estado de perfección. Fue en el huerto que su transgresión en contra de Dios se concibió y se llevó a cabo.  

Ezequiel 28:15 continúa diciendo: 

“Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.” 

Personalmente, no encuentro la lógica en que Dios enviara a Satanás a la Tierra para tentar al hombre solo para observar cómo respondería. Como padre, ¿tomarías a tu pequeño hijo de dos años y lo pondrías en una jaula con un león solo para ver como responde a la situación? Obviamente hacer algo así sería una locura; un niño jamás podría contra un león. Dios no nos haría eso a nosotros y por supuesto no le hizo eso a Adán y Eva. 

Entonces, ¿qué fue lo que provocó que Lucifer se rebelara en contra de Dios? Lucifer observó que Dios hizo por el hombre algo que nunca había hecho con ninguna de Sus otras creaciones. Cuando Dios creó al hombre, no solamente lo hizo a imagen y semejanza de Dios, sino que le dio autoridad incondicional sobre la Tierra. 

Génesis 1:26 dice: 

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.” 

Dios no les dijo: “Mientras sigan mi guía y hagan lo que yo quiero que hagan, les permitiré tener dominio sobre la Tierra”. Adán y Eva no estaban calificados para esta clase de poder y autoridad. Aún así, Dios les otorgó el dominio. 

En el Salmo 89:34, Dios dijo lo siguiente: 

“No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.” 

En Hebreos 1:3, dice: 

“El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,” 

Lo que nos está tratando de decir la Palabra es que Dios no puede mentir, es la integridad de Su Palabra lo que sostiene al universo entero. A diferencia de los seres humanos, que se reservan el derecho de cambiar de opinión, Dios no infringirá Su Palabra. Cuando Él les dijo a Adán y Eva que tenían dominio, autoridad y poder para someter y gobernar, así se cumplió. 

Lucifer entendía la integridad de las palabras de Dios, y cuando él escuchó esto, creo que algo en su interior se activó. Lucifer vio que Adán y Eva tenían algo que él no tenía. Ellos tenían autoridad incondicional. En un sentido, ellos eran los dioses de este mundo; era suyo para gobernarlo y someterlo. 

Podemos leer en el Salmo 115:16,  

“Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.” 

Aun cuando Lucifer era el ángel numero uno de Dios, él quería más. Tenía celos y envidia de lo que el hombre tenía; y fue ahí cuando quiso tomar el lugar de Dios. 

En Isaías 14:13 dice lo siguiente: 

Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;” 

En el siguiente versículo dice: 

“Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.” 

Lucifer sabía que, si podía engañar a Adán y Eva para que le cedieran voluntariamente su autoridad, él podría convertirse en el dios de este mundo. Él podía tomar la autoridad que le había sido dada a la humanidad, usarla para detener el reino de Dios y recibir la alabanza, la adoración y la gloria que tanto deseaba. 

Romanos 6:16 declara lo siguiente: 

“¿No sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” 

Así que, ¿quién creó a Satanás? ¡Nosotros lo hicimos! En el momento que Adán y Eva cedieron a la tentación de Lucifer, este se convirtió en Satanás, el dios de este mundo. Quizá puedas pensar: ‘Pero Satanás los engañó. ¿Por qué Dios no lo detuvo?’ 

Lee 1 Timoteo 2:14: 

“y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.” 

Adán sabía lo que estaba haciendo.  

Creo que en el momento en el que Lucifer se rebeló en contra de Dios, este perdió su poder angelical. Ahora, Satanás no tiene poder ni autoridad por su propia cuenta; solo tiene lo que tú y yo le podemos otorgar por medio de creer en sus engaños y mentiras, esa es una declaración poderosa.  

Piensa en lo que eso significa para ti como creyente. Cuando estamos resistiendo al diablo y luchando en contra de él, Satanás no tiene un poder ni autoridad superior. Él depende absolutamente de nuestra cooperación con él para poder incursionar en nuestras vidas y usar en nuestra contra la autoridad que Dios nos ha dado. 

Satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar.  Está buscando a personas que puedan cooperar con él por medio de cosas como: lujuria, rebelión, contiendas, falta de perdón, miedo y más. Cuando cedemos a estas cosas, le damos la autoridad a Satanás para destruirnos, y te puedo asegurar una cosa, si tú le das una oportunidad, no la va a desaprovechar y va a destruir todo cuanto pueda en tu vida. 

Este artículo es un breve resumen de mi enseñanza: “¿Quién creó a Satanás?”, que podrás encontrar en mi serie de seis partes llamada “La Autoridad del Creyente”. Hasta que no entiendas el poder y la autoridad que Dios te ha dado, nunca podrás vencer al diablo, recibir sanidad, prosperar y vivir en victoria. ¡Conocer tu autoridad es la clave! Esta enseñanza es una necesidad absoluta para cada creyente.    

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