¿Qué quieres escuchar? ¿La Verdad o la Mentira?
¿Hasta qué punto se interpone la Biblia en tus creencias?
Si eres como la mayoría de los creyentes, tú crees en Jesús pero has fragmentado tu fe de modo que tus creencias bíblicas sólo tienen una pequeña influencia en otras áreas de tu vida. Para muchos, ¡la Biblia no influye ni un poco en lo que creen! Mientras afirmen creer en Jesús, piensan que pueden creer lo que quieran sobre la vida diaria y la sociedad.
¡Eso es absolutamente erróneo!
Todo lo que esto significa es que no se les ha enseñado a guardar todas las cosas que Jesús mandó:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.
Mateo 28:19-20, RVR 1960
Un discípulo es una persona que guarda todas las cosas que Jesús mandó. A decir verdad, la iglesia no ha estado haciendo discípulos. Su meta ha sido básicamente "Hagamos que la gente nazca de nuevo y asegurémonos de que vayan al cielo. Todo lo demás funcionará". Esto ha causado problemas. Debido a que la iglesia no está enseñando a la gente a guardar todas las cosas que Jesús mandó.
Hay un vacío en la sociedad donde los cristianos deberían estar tomando una posición. Cuando se trata de cuestiones sociales y morales, muchos cristianos guardan silencio o se oponen a lo que dice la Biblia. Han profesado fe en el Señor, pero no son Sus discípulos. Eso puede sonar chocante para ti, pero mira cómo Jesús respondió a la gente que puso su fe sólo en Él:
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos.
Juan 8:31
Tienes que continuar en la palabra si vas a ser Su discípulo. Esta debería ser la meta de cada creyente. Sin embargo, es asombroso ver cuántos no entienden esto. Piensan que la Biblia no debe influir en lo que piensan sobre economía, asuntos raciales, matrimonio o salud. Cuando se trata de temas como la homosexualidad, el aborto y la evolución, la iglesia está dividida.
La mayoría diría: "Tienes que limitarte a predicar la Palabra y dejar de meterte en política y temas sociales".
¡Pero yo estoy predicando la Palabra!
No soy yo quien está invadiendo el terreno social y político; estas cosas están invadiendo lo que la Biblia dice. La Palabra de Dios tiene instrucciones para cada una de estas áreas.
La Palabra de Dios tiene mucho que decir sobre los temas que enfrentamos en la sociedad actual. Si nos quedamos callados, los incrédulos ,que no tienen una cosmovisión bíblica, van a ser los que establezcan todas las políticas, determinando lo que podemos y no podemos decir, y lo que podemos y no podemos hacer. Esto ya está sucediendo, y muchos cristianos simplemente lo han aceptado. Se han alejado de las palabras de Jesús. No saben lo que la Palabra de Dios tiene que decir sobre todas estas cosas.
Había una mujer en nuestro instituto bíblico que se me acercó y me dijo que cada vez que yo mencionaba algo sobre economía, aborto, homosexualidad, o creacionismo vs evolución, ella se encogía y decía: "Oh Dios, haz que vuelva a la Biblia". Pero después de un año y medio en la escuela, me dijo: "He cambiado. Y mi posición en casi todos estos temas ha cambiado".
Cuando dijo eso, la aparté y le dije: "No estoy tratando de criticarte; sólo quiero saber honestamente ¿cómo un cristiano comprometido puede tener estos puntos de vista que son completamente contrarios a la Biblia?"
Ella me respondió: "Yo amaba a Jesús y realmente había comprometido mi vida con Él. Pero no amaba la Palabra. Cuando llegué al instituto bíblico y empecé a escuchar la Palabra, me enamoré de ella. Dejé que la Palabra me dominara, y no pude aferrarme más a mis creencias".
Puedes amar a Dios y ser liberal en tus puntos de vista sociales, pero no puedes amar la Palabra y ser de esa manera.
Tú puedes llegar a pensar como ella: "Si, realmente has nacido de nuevo, amas a Dios, y te irás al cielo con él, pero todavía sostienes puntos de vista que son completamente opuestos a lo que dice la Palabra. La razón de esto es que, como esta mujer, tu no amas la Palabra. No se te ha enseñado "a guardar todas las cosas" (Mateo 28:20) que Jesús mandó. Si vas a ser un discípulo de Jesús, no puedes observar sólo las partes que te gustan. Si tu actitud, tu doctrina, o tu visión del mundo no se alinea con la Palabra de Dios, necesitas cambiarla, no cambiar la Palabra de Dios.
¡Esto es importante!
Algunos de ustedes que están leyendo esto sostienen puntos de vista que son completamente contrarios a la Palabra de Dios, y sin embargo se llaman a sí mismos cristianos comprometidos. La realidad es que no pueden seguir haciendo esto y luego llamarse discípulos.
Recientemente estuve visitando a un ministro que, desde el púlpito, guardaba silencio intencionalmente sobre el tema de la homosexualidad. Dijo: "Quiero amar a estas personas. No quiero condenar a nadie ni rechazarlos".
Estoy de acuerdo en que no debemos condenar a la gente y que debemos amarla, pero le dije: "¿Qué pasa con los niños que crecen en tu iglesia? El mundo secular es muy agresivo en la promoción de su agenda. Si la iglesia no se levanta y dice lo que es correcto y predica la Palabra, entonces los puntos de vista del mundo se impondrán a nuestros jóvenes. En el vacío causado por el silencio de los creyentes, creerán estas mentiras y adoptarán puntos de vista que son completamente contrarios a la Palabra de Dios. Es maravilloso incluir a las personas y hacer que se sientan bienvenidas a tu iglesia, pero no les haces ningún favor no diciendo la verdad".
Él dijo: "Nunca pensé en eso".
Es porque la iglesia básicamente se ha refugiado en los ministros que sólo defienden la creencia de nacer de nuevo, si la gente va al cielo o no. Mientras esto sucede, el mundo predica su doctrina. Tristemente, muchos cristianos están creyendo esto porque no hay una voz opuesta, o alguien que defienda la verdad.
Bueno… ¡Yo estoy tomando una posición en contra de las cosas que obstaculizan la Palabra de Dios!
Necesitas tomar esta misma posición. Puede que te ofendas por esto porque no fue así como te criaron, no te educaron de esta manera, o has creído cosas por tanto tiempo que no sabes si puedes cambiar. Pero, como empecé preguntando, ¿hasta qué punto dejas que la Palabra de Dios se interponga en lo que crees? ¿Estás dispuesto a tomar una posición? ¿Estás dispuesto a ser un discípulo del Señor Jesús, en lugar de sólo un converso? Todas estas son buenas preguntas que debes hacerte.
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