El Poder De La Asociación 

Proverbios 18:16 dice: "La dádiva del hombre le ensancha el camino y le lleva delante de los grandes", pero no está hablando de habilidades, talentos, capacidades o incluso unción. Yo solía pensar que sí, de hecho; yo usaba ese versículo exactamente de esa manera hasta que empecé a estudiarlo con más detalle. En este artículo, estaré enseñando lo que realmente significa y cómo este entendimiento puede cambiar tu vida. 

  

En mi enseñanza: El Poder de la Asociación, enseño acerca de las muchas recompensas que recibes cuando te asocias con un ministerio que está compartiendo las noticias que son “casi demasiado buenas para ser verdad”. Utilizo el ejemplo del rey David, quien sentó un precedente de que daba a la gente que guardaba el botín una parte igual a la de aquellos que luchaban en la batalla. Filipenses 4:19, dice: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús", y fue escrito para las personas que colaboraban con Pablo en el Evangelio y aportaban regularmente para su ministerio. Pablo lo confirmó en 1 Corintios 16:2, donde escribió: "Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes ponga algo aparte", (Reina Valera Contemporánea). 

  

Los asociados de los que Pablo hablaba daban de manera sistemática e intencional. También he enseñado que la razón por la que Dios te prospera es para que puedas establecer su reino aquí en la tierra, y si buscas construir ese reino, entonces Él proveerá un fluir divino sobrenatural que suplirá todas tus necesidades. Puedo garantizarte que cuando oras y le pides a Dios dirección en tus ofrendas y respondes a su instrucción, Él se encargará de tus necesidades financieras mejor de lo que jamás hayas podido hacerlo tú mismo. Todas estas son verdades poderosas, pero quiero mostrarte un aspecto de la asociación que creo que muy pocos cristianos entienden. 

  

¿Qué significa la escritura que dice que nuestras dádivas nos ensanchan el camino y nos llevan delante de los grandes? 

  

La palabra hebrea que se traduce "dádiva" en Proverbios 18:16, 19:6 y 21:14 significa literalmente "presente". Esas escrituras no dejan ninguna duda de que no están hablando de una unción o de tener favor, sino de un regalo que una persona le da a otra. Proverbios 19:6 deja claro que "cada uno es amigo del hombre que da", y en 21:14 leemos que "la dádiva en secreto calma el furor, y el don en el seno, la fuerte ira". La Nueva Versión Internacional traduce Proverbios 18:16 de esta manera: "Con regalos se abren todas las puertas y se llega a la presencia de gente importante". Creo que estas escrituras describen un aspecto muy importante de lo que sucede cuando entras en asociación con un ministerio. 

  

Veamos un ejemplo de esto en 1 Reyes, capítulo 10, que habla de Salomón, el hombre más sabio sobre la faz de la tierra. Salomón le pidió a Dios algo muy desinteresado, sabiduría, para poder ser un buen rey. Dios no sólo le dio lo que pedía, sino que también le dio lo que no pedía y lo hizo sumamente rico. De hecho, la Biblia dice que era tan rico que todo lo que tenía era de oro, y ni siquiera usaban plata; simplemente la tiraban por las calles (1 R. 10:21). Eso es ser muy rico. 

  

La fama de Salomón se extendió por toda la tierra, y en 1 Reyes 10:1-3, leemos: 

  

"Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía. Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase". 

  

La reina de Sabá estaba tan impresionada por el reino y la sabiduría de Salomón que realmente la dejó sin aliento (1 R. 10:4-5). 

  

En 1 Reyes 10:24 también leemos que todos los reyes de la tierra buscaban a Salomón por su sabiduría y su bendición. Salomón era el hombre más famoso del mundo en su época. Era el gobernante del reino más poderoso y próspero del mundo en su época, y todos los pueblos de la tierra buscaban la atención de Salomón para pedirle su sabiduría, obtener su opinión y recibir su favor. Entonces, con toda esta gente compitiendo por su tiempo, ¿por qué hizo pasar a la reina de Sabá al principio de la fila y dedicó tanto tiempo a responder a todas sus preguntas? Creo que su dádiva le ensanchó el camino, como dice Proverbios 18:16, y la llevó ante un gran hombre. 

  

Leemos que estaba bien preparada y que vino con muchos regalos. Le dio al rey 120 talentos de oro (que son   unos 4,110 kilogramos y al precio de hoy serían unos $44.000.000 de dólares en oro). Eso sin contar las grandes reservas de especias, en abundancia como nunca antes se había visto, y de piedras preciosas. No fue su destreza, talento o habilidad, sino su enorme dádiva lo que le abrió camino y la puso al frente de la fila. 

 

¿Y qué consiguió la reina de Sabá? Todo lo que quería y más. 1 Reyes 10:13 dice: 

  

"Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio". 

  

No hay espacio en este artículo para explicar las matemáticas, pero el regalo que la reina le dio a Salomón sólo equivalía a la décima parte de un año de los ingresos anuales del rey. Cuando la escritura dice que el rey le dio de su generosidad real, ¿no crees que su regalo fue mayor que el de ella? Cuando la reina volvió a casa, se fue con más riquezas, más sabiduría y el favor del rey más poderoso de la tierra. Su regalo le abrió la puerta a grandes bendiciones. 

  

¿Te parece egoísta lo que hizo la reina de Sabá? ¿Piensas que todas esas riquezas deberían haber sido dadas a los pobres que realmente hubieran necesitado la ayuda en vez de al hombre más rico de la tierra? No creo que fuera descabellado pensar que algún rey o gobernante o tribu acudiera a ella y le suplicara ayuda mientras viajaba. Probablemente se necesitaron cientos de camellos para llevar estos regalos, así que su viaje no era ningún secreto. Podría haber sido un verdadero sentimiento de culpa al pasar junto a todos los necesitados, pero la reina entendió un principio muy importante que se aplica al apoyo de un ministerio hoy en día. 

  

Cuando das a un ministerio, no se trata sólo de lo que ellos necesitan, ¡es también sobre lo que tú necesitas! 

  

El rey Salomón no necesitaba las riquezas de la reina, pero ella necesitaba su sabiduría y bendición, y su regalo le abrió la puerta a las cosas que ella necesitaba. Probablemente se fue con más riquezas de las que trajo, y piensa en cuánta más bendición pudo haber sido para los pobres en su viaje de regreso. Este es un gran ejemplo de cómo funcionan las cosas en el reino de Dios. 

  

Cuando das a un ministerio, no sólo bendices a las personas que están siendo tocadas por ese ministerio, sino que comienzas un fluir sobrenatural en tus finanzas, y participas de la unción y la bendición que opera en ese ministro. No es malo desear la unción que está en mi vida o en la de otro ministro. La Biblia dice que debemos desear los dones espirituales. Realmente creo que las cosas que están operando en mi vida han venido en parte, no totalmente, porque he apoyado a grandes hombres y mujeres de Dios. He dado intencionalmente, diciendo: "Dios, quiero ser parte de eso. Voy a sembrar parte de mi vida en esta persona y en ese ministerio y, al hacerlo, abriré una puerta que permita que la bendición que está sobre ellos fluya hacia mí". No sucede automáticamente; tienes que tener fe. Pero creo que puedes empezar a ver estas cosas suceder en tu vida tal como yo las he visto en la mía, si mezclas la fe con tus dádivas. 

  

Unos muy buenos amigos nuestros, a quienes conocemos aproximadamente desde 1980, tienen un gran testimonio que ilustrará lo que estoy escribiendo. Charlie y Jill LeBlanc son una de las parejas más ungidas en la música que he escuchado. A pesar de que siempre han tenido una poderosa unción, lucharon financieramente al principio de su ministerio. Debido a eso, desarrollaron un corazón para bendecir a otros ministerios de calidad en la misma posición que ellos. Tomaban todos sus diezmos y ofrendas, y los daban a ministerios más pequeños donde sentían que su dádiva podía realmente hacer una diferencia. 

  

Sus dádivas ciertamente estaban haciendo una diferencia en las vidas de estos ministros y la gente que esos ministros estaban alcanzando. También estaban experimentando un fluir sobrenatural de la prosperidad divina de Dios que venía hacia ellos, pero todavía les faltaba un elemento muy importante: necesitaban una impartición de unción y bendición, que aquellos a quienes les estaban dando no eran capaces de dar. La reina de Sabá necesitaba algo que los otros reyes en su misma posición tampoco podían darle, así que acudió al que sí podía, el rey Salomón. No era sólo un deseo egoísta; era importante para que ella pudiera cumplir un mejor papel como reina. 

  

El Señor comenzó a animar a Charlie y Jill sobre esto, diciéndoles que necesitaban empezar a dar a ministerios que los alimentaban y tenían una unción que ellos necesitaban. Era tiempo de empezar a participar en la bendición y unción que estaba en las vidas de otros ministros. En respuesta, ellos empezaron a dar a personas como Kenneth Copeland, Kenneth Hagin, Joyce Meyer, y a mí; todos estos ministros estaban impartiendo unción y bendición a sus vidas. 

Al cabo de unos seis meses recibieron una llamada de Dave y Joyce Meyer, que los invitaron a cenar. Durante la cena, Joyce les pidió que dirigieran la alabanza y la adoración en sus seminarios sobre la Palabra que ella dirige por todo Estados Unidos y por todo el mundo. ¡Qué bendición! Ahora ministran regularmente a miles de personas, y su unción ha aumentado proporcionalmente. No fue casualidad que esta puerta se les abriera después de que empezaran a dar, esperando recibir mayores bendiciones y mayor unción. Esto no quiere decir que Dios no nos lleva a hacer donaciones de benevolencia, sin esperar nada a cambio, porque sí lo hace. Al igual que la Reina de Saba, Charlie y Jill podrían haber sido desviados por las necesidades de todos los necesitados y pobres en el camino, pero sabían que lo que recibirían en el aumento de la unción y la bendición haría posible beneficiar a los que les rodean de una manera mucho mayor. 

  

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