¿Corrección o condenación?

Juan 11:5

Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.

Juan 11:5

Es interesante observar que se hace mención especial del amor de Jesús hacia Marta. Esto ocurre después del incidente registrado en Lucas 10:38-42, en el que Marta se dedicó a servir en lugar de adorar a Jesús. Él no la reprendió, sino que la exhortó a ordenar sus prioridades. Cuando el Señor trata con áreas problemáticas en nuestras vidas, siempre es para nuestro beneficio y no como un castigo, por eso no debemos tomar la corrección como rechazo. Esta es una manera de discernir entre la corrección de Dios y la acusación del diablo: ¿Es condenatoria?

Dios nos convence de pecado, pero no nos condena. La convicción es únicamente para nuestro bien, mientras que la condenación incluye el castigo. Satanás condena a los cristianos, pero lo hace ilegalmente porque Romanos 8:1 dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Si nos sentimos condenados, hemos recibido condenación y vergüenza del diablo. Esas cosas no vienen de Dios.

El Señor trae convicción a nuestro corazón por medio del ministerio del Espíritu Santo dentro de nosotros, y siempre lo hace de una manera positiva que nos anima a apartarnos del pecado. El enemigo nos condena por pecar, lo que nos hace sentirnos ‘atrapados’ en el pecado; pero el Espíritu Santo nos aleja suave y firmemente del pecado, y nos da esperanza y fe para vencerlo completamente.

¿Te encuentras bajo condenación en algún área o tal vez en varias áreas de tu vida? Si es así, te has dejado manipular y menospreciar por el diablo. Hoy puedes ser libre de toda condenación simplemente diciéndole al enemigo que se vaya en el nombre de Jesús, y declarando que eres justo a través de la sangre de Jesucristo. Luego continúa caminando en el poder del Espíritu Santo. Si estás a punto de pecar o incluso si ya pecaste, ¡Él te lo hará saber! Solo mantente unido a Él, y Él te corregirá y te mantendrá fuera de la condenación del diablo.

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