La fe para perdonar

Lucas 17:5

Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.

Lucas 17:5

Es muy interesante notar que los apóstoles le pidieron a Jesús que aumentara su fe después de que Él les enseñó sobre el perdón. Ellos observaron todos los milagros maravillosos que Él realizó; sin embargo, eso nunca los inspiró a pedir más fe. Verdaderamente, caminar en amor y perdón hacia otros toma tanta fe como cualquier milagro por el que podamos creer. El fundamento del perdón es el amor y la misericordia de Dios. Solo porque Dios nos amó y perdonó primero podemos amar y perdonar a los demás. Si no estamos caminando en el amor y el perdón de Dios para nosotros mismos, no podremos ministrarlo a otros. Él nos amó cuando éramos (y a veces seguimos siendo) no muy agradables, y nos perdonó antes de que nos arrepintiéramos o pidiéramos perdón.

Las Escrituras nos exhortan a perdonar como Cristo nos perdonó. Dios nos ofreció Su perdón cuando aún éramos pecadores, así que el perdón nos fue ofrecido incondicionalmente. Del mismo modo, debemos perdonar a quienes nos ofenden, siguiendo el ejemplo de Dios, que perdonó nuestras ofensas. Perdona cuando la otra persona te pide perdón, y también cuando no se arrepiente por lo que te hizo.

Solo Dios puede hacer que una persona se arrepienta, salvarla y restaurarla. Mientras tanto, nuestra responsabilidad es amarlos y perdonarlos de la manera en que Él nos ama y nos perdona. Esto requiere una gran fe. Al mismo tiempo, aunque siempre debemos amar y perdonar, el Espíritu Santo y la Palabra pueden hacer que no continuemos la relación, porque la confianza se gana y también se pierde. Por ejemplo, si nuestro socio de negocios nos roba varias veces después de que lo hemos perdonado, necesitamos cortar nuestra relación con él. El perdón es incondicional, pero la restauración de una relación tiene condiciones piadosas, como tener verdadero arrepentimiento y recuperar la confianza.

Sé sabio en tus relaciones hoy. Puedes caminar en amor y perdón, y al mismo tiempo tomar buenas decisiones en tus relaciones personales que te mantendrán alejado del daño y la angustia emocional.

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