Cuando nadie está mirando

1 Samuel 17:31-47

Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.

1 Samuel 17:36

En Mateo 6:18, Jesús dijo que lo que hacemos en secreto Dios lo recompensará públicamente. Este fue el secreto del éxito de David contra Goliat. David tenía fe en que Dios le permitiría matar a Goliat y ganar la guerra porque antes de enfrentar esto, tanto un león como un oso habían atacado a las ovejas de su padre, y él los había matado a ambos. No había nadie cerca, no estaba alardeando ni tratando de hacerse el valiente. De hecho, ¡podría haber huido y nadie se habría enterado! Pero eligió permanecer en la fe y creer en Dios.

Fueron las victorias de David con el león y el oso las que le dieron la seguridad y la fe de que Dios también estaría con él para vencer a Goliat. Después de todo, la nación de Israel era Su pueblo, esta gente era más preciosa para Dios que unas pocas ovejas. David aprendió a confiar en Dios cuando nadie lo veía, y cuando otros lo vieron, su fe era fuerte y sólida. Él estaba haciendo lo correcto con los motivos correctos.

Muchas personas sueñan con matar algún gigante, vencer un gran problema o hacer alguna gran hazaña, pero no son fieles en las pruebas cotidianas de la vida porque no están haciendo las cosas por Dios. Solo están haciendo cosas que los promoverán a ellos mismos. Esperan a que las tribunas estén llenas para dar todo lo que tienen. Pero los que no ganan las pruebas locales nunca llegan a las Olimpiadas.

La fidelidad de David en las cosas relativamente pequeñas fue lo que le permitió gobernar sobre mucho (Lucas 16:10). Sé fiel en las pruebas que enfrentas hoy, y tu fe será fuerte y tu corazón estará en el lugar correcto para cuando lleguen las pruebas grandes.

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