Dos mentalidades diferentes
Lucas 11:37-41
El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer.
Lucas 11:38
Una clara señal del error del legalismo es tener las prioridades equivocadas, como vemos aquí con estos fariseos. No hay registro en las Escrituras de que los fariseos se maravillaran de las obras milagrosas de Jesús, porque estaban demasiado ocupados buscando algo que criticar (Mr. 3:2). Qué curioso que sí se maravillaron de que Jesús no se lavara las manos. Este es un excelente ejemplo de “colar el mosquito y tragarse el camello”; por eso Jesús los llamó guías ciegos (Mt. 23:24). Aquellos que buscan ganar la justicia a través del cumplimiento de la ley se consumen en el “hacer”, mientras que aquellos que reciben la justicia por la fe, simplemente confiesan y reciben lo que ya fue hecho. Esta es una diferencia simple pero profunda. Si todavía estamos “haciendo” para que Dios se mueva en nuestras vidas, entonces todavía estamos operando bajo una mentalidad de “ley” que no es fe (Ga. 3:12). Cuando simplemente creemos y confesamos lo que ya fue provisto en Cristo, crecemos en gracia por medio de nuestra fe.
Una persona que vive bajo la Ley y una persona que vive bajo la gracia muestran comportamientos similares de santidad, pero sus motivaciones son completamente opuestas. El legalista tiene su atención en lo que debe hacer, mientras que la persona que vive por fe tiene su atención en lo que Jesús ya hizo por ella. Por ejemplo, las Escrituras nos enseñan a confesar con la boca y creer con el corazón, y así es como recibiremos de Dios (Mc. 11:23). El legalista piensa que puede hacer que Dios lo sane confesando: “Por su llaga fui sanado”. La persona que entiende la gracia de Dios confesará: “Por su llaga fui sanado” porque realmente cree que Jesús ya obtuvo su sanidad en la Cruz.
Analizar tu mentalidad es la manera más simple de discernir si estás operando en la fe o en el legalismo. Si tu motivación es ser aceptado o aceptada por Dios, o conseguir que Dios haga algo por ti, eso es legalismo. Si vives totalmente en fe y gratitud por lo que Dios ya hizo en Cristo Jesús, eso es gracia. Te invito a que hoy elijas tener una mentalidad de gracia porque Jesús ha provisto todo lo que necesitas (2 P. 1:3).
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