El amor es lo principal
Juan 13:35
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:35
Jesús no dijo que todos los hombres sabrían que somos Sus discípulos por nuestra doctrina, nuestros rituales, nuestro odio al pecado, o incluso por la forma en que expresamos nuestro amor a Dios. Dijo muy claramente que la única característica que haría que el mundo nos identificara como Sus seguidores era nuestro amor mutuo.
Esa misma noche, el Señor oró a Su Padre usando este mismo pensamiento diciendo: “Que todos sean uno; como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” ( Jn. 17:21). La única manera en que el cuerpo de Cristo logrará ser uno, como el Padre y Jesús son uno, es por medio del amor de Dios.
Según Jesús, la unidad de los creyentes por medio de un amor genuino como el de Dios es la mayor herramienta de evangelización que la Iglesia tiene o tendrá jamás. La iglesia primitiva no tenía las estructuras organizativas masivas que tenemos hoy en día a nuestra disposición, tampoco podían viajar a cualquier parte del mundo en cuestión de horas. Ciertamente no se acercaban a gastar tanto dinero, en comparación a nosotros, para difundir el Evangelio. Sin embargo, los paganos de Tesalónica dijeron de Pablo y sus compañeros: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hechos 17:6). Habían evangelizado el mundo conocido en menos de treinta años.
Antes de poder cumplir la gran comisión de Mateo 28:19-20, debe haber un renacimiento del amor en la iglesia, donde la doctrina y el ritual (tradiciones y costumbres) pasen a un segundo plano en favor del amor mutuo. Hoy pídele al Señor que te muestre cómo puedes expresar tu amor a tus hermanos y hermanas.
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