La fe de Pedro no falló
Lucas 22:31-61
Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Lucas 22:32
Jesús le dijo a Pedro que Satanás deseaba zarandearlo como a trigo (v. 31). Sabemos por las Escrituras que más tarde esa noche Pedro negó conocer a Jesús tres veces (Lc. 22:54-62). Parecía que el diablo tuvo éxito incluso después de que Jesús orara por él. ¿Acaso Jesús hizo una oración que no fue contestada? Por supuesto que no.
En este versículo Jesús también le instruyó a Pedro qué hacer cuando ‘volviera’. Por lo tanto, Él previó la negación de Pedro, oró para que su fe no fallara, y no falló. Es posible fallar en nuestras acciones, y aun así no fallar en nuestros corazones.
Esa noche Pedro dijo que seguiría a Jesús hasta la muerte (versículo 33). Lo demostró tratando de defender al Señor contra los soldados romanos que vinieron a arrestarlo (Lu. 22:50-51). Se trataba de una misión suicida. Si Jesús no hubiera intervenido, Pedro habría muerto. No hay duda de que el corazón de Pedro estaba entregado a Jesús.
Al igual que muchos de nosotros, después de su gran muestra de valentía, Pedro no estaba preparado para la batalla espiritual que encontró más tarde. Si la guerra hubiera sido con puños y espadas, habría luchado hasta la muerte. Pero no sabía cómo resistir espiritualmente. Pedro negó al Señor con la boca, pero no con el corazón. Lo demostró con el remordimiento que experimentó después de ver a Jesús volverse y mirarle (Lc. 22:61).
Tal vez tú le has fallado al Señor de alguna manera en tus acciones. Jesús ha orado por ti para que tu fe no desfallezca. Sabiendo esto puedes levantarte de nuevo, como Pedro, y servir al Señor con todo tu corazón en todo lo que hagas. Recuerda que Dios usó a Pedro para predicar el primer mensaje del Evangelio el día de Pentecostés.
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