El Poder De La Oración

Lucas 11:1-4

“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.”

Lucas 11:1

Si tenemos en cuenta que Jesús fue el mayor hacedor de milagros que jamás pisó la tierra y el mayor predicador que jamás vivió, es sorprendente que Sus discípulos le pidieran que les enseñara a orar. ¿Por qué no le pidieron que les enseñara cómo hacer milagros o cómo predicar y asombrar a la gente con su doctrina? Sabían que su vida de oración era aún más poderosa que Sus milagros o Su doctrina. De hecho, era Su unidad con el Padre lo que le daba el poder para obrar milagros y la autoridad para hablar como ningún hombre había hablado antes.

Jesús les dijo repetidamente que era Su Padre quien hacía los milagros por medio de Él y que Su doctrina no era Suya, sino del Padre. Lo mismo es cierto hoy en día. Jesús dijo en Juan 15:5 que sin Él no podemos hacer nada. Hay muchas cosas que debemos hacer además de orar, pero no hay nada que podamos hacer eficazmente sin la oración. La oración es una de las principales formas de permanecer en Él (Jn. 15:7).

Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, Él les enseñó lo que actualmente llamamos “El Padre Nuestro”. Aunque todo creyente lo recita al pie de la letra, lo que Jesús les dio a Sus discípulos fue en realidad un esquema básico que explicaba cómo acercarse al Padre y qué temas podíamos tratar con Él. Él no quiere oír la misma oración memorizada de todos nosotros, sino que quiere escuchar lo que hay en nuestros corazones y mentes porque desea una relación en la cual pueda ayudarnos y bendecirnos de cualquier manera que necesitemos.

Hoy puedes orar y esperar recibir respuestas de tu Padre. Él está listo y dispuesto a responder a tus oraciones. “¿Cómo lo sabes, Andrew?” Es sencillo, Jesús lo dijo. Tus oraciones son la clave para vivir una vida cristiana poderosa.

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