¡No Lo Olvides!

Salmos 103:1-22

“Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.”

Salmos 103:2

En mayo de 1991, estaba sentado en el estrado de una iglesia unos minutos antes de que me tocara ministrar. La canción final era “Cuán grande es Él”. De repente, tuve un recuerdo de mayo de 1961, cuando era un niño de doce años sentado en el funeral de mi padre. Aquel auditorio estaba abarrotado con más de quinientas personas cantando ese mismo himno, que era el favorito de mi padre. Recuerdo vívidamente lo que pensaba entonces. No estaba llorando porque todavía no había comprendido lo que había pasado, pero sabía que había ocurrido algo que cambiaría mi vida para siempre.

El ministro habló de victoria y esperanza, lo que parecía opuesto a la situación. Aquella canción también parecía fuera de lugar; sin embargo, tocó una fibra sensible en mi corazón. Sentí que la fe fluía de mi interior, así que oré al Señor: “Si realmente eres tan grande, protégeme y dirige el resto de mi vida”.

Hacía treinta años que no pensaba en aquella oración, pero esa canción me la trajo a la memoria en un instante. Me sobrecogió la fidelidad del Señor al responder a la sencilla oración de un niño de doce años. Él hizo mucho, mucho más de lo que yo había pedido o siquiera pensado. Recordar Su fidelidad ha sido una parte vital de mi fe. Los buenos recuerdos me animan (2 Pe. 1:13), y el Señor nos ordenó ‘no olvidar’ porque sabe que lo haremos si no hacemos un esfuerzo deliberado por recordar.

Todos nosotros hemos pronunciado oraciones, ya sean peticiones habladas o simplemente deseos que hemos olvidado, ¡pero Dios no los ha olvidado! Solo la eternidad revelará la inmensidad de Su fidelidad, pero mientras tanto puedes hacer un esfuerzo por recordar Su bondad hacia ti.

Hoy pídele al Espíritu Santo que traiga ejemplos de la fidelidad de Dios a tu memoria, para que seas bendecido, así como yo lo fui.

Este devocional es traducido al español gracias a la generosidad de nuestros asociados. Si quieres alcanzar a Latinoamérica a través de tu generosidad ¡Únete a nuestra comunidad de asociados hoy mismo!

Anterior
Anterior

El Poder De La Oración

Siguiente
Siguiente

¿Tienes Demasiado?