El poder de la resurrección
Mateo 22:23
Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron.
Mateo 22:23
La resurrección es uno de los temas principales de la enseñanza del Nuevo Testamento. De los trece sermones del libro de los Hechos, once hacen hincapié o insinúan la resurrección. Para entender el poder de la resurrección, primero tenemos que entender cómo nos creó Dios. Constamos de tres partes: espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23). Un ‘ser humano caído’ está espiritualmente muerto, separado de Dios; y su alma está oscurecida por el pecado. Un creyente nacido de nuevo está espiritualmente vivo, reconciliado y unido con Dios; y su alma está siendo transformada por la luz de la Palabra de Dios. El espíritu y el alma son inmortales, así que cuando el creyente muera físicamente, su espíritu y alma irán al cielo; mientras que el incrédulo irá al infierno cuando muera físicamente.
Los cuerpos tanto del creyente como del incrédulo son mortales. Al morir, el cuerpo de cada persona pasa por el proceso de descomposición y vuelve a sus elementos originales. En la resurrección, todos los espíritus y almas difuntos serán llamados ya sea del cielo o del infierno. Dios sobrenaturalmente levantará, reensamblará y unirá los elementos materiales de sus cuerpos con sus espíritus/ almas. Así serán completamente reconstituidos por Dios, con Su espíritu, alma, y cuerpo. Todos serán resucitados, algunos a la vida eterna con Dios en el cielo, y otros a la condenación eterna en el lago de fuego. La esperanza del creyente es la resurrección a la vida eterna con Dios. Su cuerpo natural, terrenal y corrupto será resucitado y transformado en un cuerpo celestial, glorioso e inmortal. Esta es la plenitud de todo lo que ha sido comprado para nosotros por la sangre de Jesús. La transformación de esta condición física a nuestros cuerpos glorificados será una gran diferencia, pero el poder de Dios puede lograrlo fácilmente.
Si el Señor puede obrar el milagro de la resurrección, entonces seguramente Él también puede sanar tu cuerpo y liberarte de otras ataduras. Mientras oras por tu milagro hoy, deja que la esperanza de la resurrección edifique tu fe.
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