Encuentra a Dios en las cosas pequeñas
Juan 14:7
Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Juan 14:7
Conocer a Jesús es conocer al Padre. Esto no solo se debe a que Jesús hizo exactamente lo que vio hacer a Su Padre, sino también a que Jesús era Dios en carne y hueso. No fue hecho a imagen y semejanza de Dios, como lo fue Adán y lo somos nosotros (Gn. 1:26); Él era “la imagen misma de su persona” (He. 1:3), lo que significa que era exactamente igual a Dios en todos los sentidos.
Los discípulos no se dieron cuenta de que ver a Jesús era ver a Dios. Esperaban algo más. Muchas veces no vemos a Dios en nuestras vidas y circunstancias porque estamos buscando algo espectacular. Aunque Dios es totalmente asombroso, no siempre elige manifestarse de esa manera. A Elías no le habló en el fuego, el viento o el terremoto, sino en una voz suave y apacible (1 Reyes 19:12). Jesús no vino a esta tierra de manera grandiosa, sino que nació de padres pobres en un establo. Isaías 53:2 dice que Jesús no tenía la clase de belleza que nos hiciera pensar que él era más que un hombre simple. Pablo revela en 1 Corintios 1:27-29 que Dios elige hacer las cosas de esta manera para que ninguna carne se gloríe en Su presencia. Él quiere que nos enfoquemos en Él por medio de la fe y no en las cosas físicas que Él usa. En el Antiguo Testamento, cuando Él usaba instrumentos visibles para liberar Su poder, los israelitas hacían ídolos de esas cosas.
Así como los discípulos vieron a Jesús, pero no se dieron cuenta de que estaban viendo a Dios, tú podrías estar perdiéndote esta verdad porque tu enfoque está en lo que sucede a tu alrededor, en lugar de lo que Su Espíritu intenta comunicarte internamente. Puede que estés buscando que Él haga algo estupendo, como resucitar un muerto, cuando Él solo quiere que le digas una palabra amable a alguien que está pensando en suicidarse. Él quiere usarte de grandes maneras, pero también quiere usarte en las cosas pequeñas. Tenlo en cuenta mientras le sigues hoy.
Este devocional es traducido al español gracias a la generosidad de nuestros asociados. Si quieres alcanzar a Latinoamérica a través de tu generosidad ¡Únete a nuestra comunidad de asociados hoy mismo!