¡Está Hecho!
1 Pedro 2:21-25
“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”
1 Pedro 2:24
La última frase de este versículo es la misma que la de Isaías 53:4, con una importante excepción: Sitúa nuestra sanidad en tiempo pasado. Ya fuimos sanados. Este es un concepto difícil de entender para algunas personas. No pueden comprender cómo pueden estar ‘sanados’ si aún hay enfermedad en sus cuerpos. Una forma de evitar la confusión es decir que el versículo se refiere a una sanidad espiritual, pero Mateo 8:17 deja muy claro que la sanidad de la que Isaías hablaba era física, no espiritual.
La clave para entender este concepto es relacionarlo con el perdón de nuestros pecados. ¿Cuándo fueron perdonados nuestros pecados? Según las Escrituras, fueron perdonados cuando Cristo murió, mucho antes de que pudiéramos recibir el perdón. Nuestras oraciones solo nos permiten recibir lo que ya fue realizado en el reino espiritual y traerlo a la realidad física. Así es también con la sanidad.
Jesús ya pagó por nuestra sanidad. El mismo poder que lo levantó de entre los muertos reside en cada creyente (Efesios 1:19-20). Es un asunto arreglado, ya está hecho. Todo lo que debemos hacer es creer y dar sustancia física (He. 11:1) a lo que ya es verdad en nuestros espíritus nacidos de nuevo. Es infinitamente más fácil liberar algo que ya tenemos que tratar de obtener algo que no tenemos, ¡y ya tenemos sanidad!
Empieza a liberar tu sanidad confesando y actuando en fe en vez de intentar usar tu fe para pedirle a Dios que te sane.
¡Él ya lo hizo!
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