La muerte perdió su poder
Mateo 27:51-53
Y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron.
Mateo 27:52
Solo Mateo registró este asombroso acontecimiento. Al parecer, el terremoto había hecho rodar las piedras de muchas de las tumbas de los alrededores de Jerusalén, y algunos de los santos allí enterrados se levantaron de entre los muertos. Incluso en la muerte de Jesús, se liberó tal poder que la muerte perdió el dominio sobre sus cautivos.
Después de la resurrección de Jesús, estos santos salieron de sus tumbas, entraron en Jerusalén y se aparecieron a mucha gente (v. 53). ¿Te imaginas el efecto que esto tuvo en la gente? La resurrección de Jesús coloca al cristianismo en una clase aparte. Muchas personas han ido y venido profesando alguna revelación de Dios o una nueva forma de acercarse a Dios, pero solo Jesús venció a la muerte. Esto lo hace único y lo eleva por encima de cualquier otro hombre que haya caminado sobre la tierra.
Debido a que Jesús venció a la muerte, el temor y el aguijón de la muerte han sido eliminados para nosotros. 1 Corintios 15:55 exclama: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? Oh sepulcro, ¿dónde está tu victoria?”. Todos tenemos que despedirnos de seres queridos que pasan de esta vida al cielo, y podemos afligirnos por un tiempo; pero la muerte ha perdido su poder sobre nosotros, y nuestro dolor pasa rápidamente.
Los incrédulos no tienen esperanza de volver a ver a sus seres queridos, por lo que se afligen profundamente, y a veces no logran superar la pérdida y viven en duelo. Tú eres diferente, porque tienes una gran esperanza: la certeza de volver a ver a tus seres queridos y de estar con ellos y con tu Señor por toda la eternidad. Cada vez que empieces a perder la esperanza por una situación temporal, ¡recuerda a esos santos resucitados caminando por Jerusalén! Pondrá tu vida en perspectiva y te dará una nueva expectativa para el día de hoy.
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