La Paz De Dios

Lucas 10:5-6

“En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.”

Lucas 10:5

Jesús dijo que sus seguidores debían llevar la paz y dejarla dondequiera que fueran. Todos los cristianos tienen paz, primeramente con Dios por medio de Jesucristo (Ro. 5:1). Cuando entramos en una habitación, no importa lo que esté ocurriendo entre las personas presentes, nosotros llevamos la paz de Dios. La reciban o no, la ofrecemos con nuestra presencia, nuestras palabras y nuestras acciones.

La paz es también un fruto del Espíritu, que vive en nuestros espíritus humanos, y por eso la paz está siempre presente en nosotros. Nuestras mentes, emociones y cuerpos pueden quedar atrapados en la confusión de este mundo, pero en nuestro interior siempre podemos recurrir a la paz de Dios. Pedro nos exhortó a echar siempre nuestras preocupaciones sobre el Señor (1 Pe. 5:7) porque sabía que las preocupaciones nos impedirán caminar en la paz de Dios. Cuando eliminamos las preocupaciones, la paz fluye libremente desde nuestro espíritu hacia nuestra mente, emociones y cuerpo.

Muchos creyentes le piden a Dios que les dé paz para que sus preocupaciones se vayan. No funciona así. A través de la fe, echamos nuestras preocupaciones sobre el Señor, y entonces Su paz en nuestros corazones es liberada hacia el resto de nuestro ser. Los cristianos que carecen de la paz de Dios no han llevado sus preocupaciones al Señor con la intención de dejarlas ahí y no volver a recogerlas.

La paz humana solo se experimenta con la ausencia de problemas, pero la paz de Dios es independiente de las circunstancias y es infinitamente más grande que cualquier problema que puedas tener hoy. Dios te ha dado Su paz sobrenatural para que la disfrutes y la compartas con otros también.

Este devocional es traducido al español gracias a la generosidad de nuestros asociados. Si quieres alcanzar a Latinoamérica a través de tu generosidad ¡Únete a nuestra comunidad de asociados hoy mismo!

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