Mejor aprende por la Palabra

Lucas 15:11-17

Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

Lucas 15:17

La Palabra de Dios deja claro que la paga del pecado es la muerte (Ro. 6:23). Romanos 1:18-20 revela que incluso aquellos que no conocen la Palabra de Dios tienen un conocimiento intuitivo del bien y del mal, así como del juicio de Dios contra el pecado. Por lo tanto, para que alguien viva en pecado, como lo representa este hijo pródigo, tiene que estar engañado. En 2 Corintios 4:4, Pablo lo describe como ‘ceguera en el entendimiento’; así sucede con los incrédulos. Cuando Jesús dijo que el hijo “volvió en sí”, se refería a que el engaño fue eliminado y los ojos espirituales del hijo fueron abiertos.

Como en la historia del hijo pródigo, la tragedia a menudo despierta a la gente del engaño y la hace volver a sus sentidos. Esto no significa que Dios envíe la tragedia. Dios habló a través del profeta Jeremías: “Tu camino y tus obras te hicieron esto” ( Jer. 4:18). Sin embargo, las situaciones trágicas ilustran claramente que “nadie puede por sí mismo ordenar sus pasos” ( Jer. 10:23, RVC), y estas pueden provocar que busquemos ayuda en otra parte. Aunque acudir a Dios siempre es beneficioso, los ‘golpes duros de la vida’ no son el mejor maestro.

Pablo dijo en 2 Timoteo 3:16-17: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia: A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. La Palabra de Dios fue dada para reprensión y corrección, y si nos sometemos a ella podemos “ser perfectos, enteramente preparados”, sin tener que experimentar tragedia para aprender.

Hoy puedes ser enseñado, corregido e instruido por la Palabra de Dios. De esta manera podrás tomar buenas decisiones que te evitarán el fracaso y la calamidad; y no solo te darán éxito y alegría, sino que también bendecirán a quienes te rodean.     

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