Necesitas recibir

Lucas 13:10-17

Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?

Lucas 13:16

La enfermedad de esta mujer era obra de Satanás, no era obra de Dios. Jesús dijo que la había atado por dieciocho años, no dijo que la había ‘bendecido’. La enseñanza que dice que la enfermedad es en realidad una bendición disfrazada, porque el Señor está obrando Su plan en la vida de alguien, no se encuentra en las Escrituras. Como dice Hechos 10:38, Jesús “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo”. La gente es oprimida por el diablo, no por Dios. Hay diecisiete ocasiones registradas en los Evangelios donde Jesús sanó a todos los enfermos que estaban presentes. Hay otras cuarenta y siete menciones donde Él sanó a una o dos personas a la vez. En ninguna parte encontramos a Jesús negándose a sanar a alguien. Él mismo dijo que no podía hacer nada por sí mismo, sino solo lo que veía hacer al Padre. Sus palabras y acciones son prueba suficiente de que ¡sanar siempre es la voluntad de Dios!

La voluntad de Dios es que nadie perezca, pero muchos lo hacen a causa de su incredulidad. Del mismo modo, es la voluntad de Dios que todos seamos sanos, pero no todos son sanados por su incredulidad. Es un error creer que “cualquier cosa que Dios quiera” se cumplirá automáticamente, y que nosotros no jugamos un papel al recibir de Dios.

En Hebreos 3:18-19 dice que los hijos de Israel no entraron en el reposo de Dios (la salvación, que incluye la sanidad física) a causa de su incredulidad. Esto es justo después de que el versículo 12 dice: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo”. El Espíritu Santo estaba dirigiéndose a los “hermanos”. Eso significa que nos habla a ti y a mí.

Hoy necesitas creer Su Palabra con respecto a la sanidad para poder recibir la salud divina y la sanidad que Él quiere que experimentes.

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