No Mires Atrás

Hebreos 11:1-15

“Pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.”

Hebreos 11:15

Si Abraham y Sara hubieran tenido presente el país que dejaron, habrían sentido la tentación de regresar. Sin embargo, como no se acordaban de ese país, ni siquiera tuvieron la tentación de volver. ¡Qué revelación! Su tentación estaba ligada a sus pensamientos. No puedes ser tentado con algo en lo que no piensas. Por lo tanto, controla tus pensamientos y podrás evitar la tentación. Podemos ser poderosos en Dios si evitamos ser tentados, controlando nuestra manera de pensar.

Muchos creyentes intentan controlar sus acciones, pero no se dan cuenta de que las acciones son un resultado directo de su forma de pensar. Se permiten el lujo de reflexionar sobre cosas que no deberían, y luego, cuando llega la tentación, luchan por permanecer fieles a Dios. A menudo se preguntan por qué están tentados todo el tiempo. Es por lo que están pensando.

Dios nos ha llamado a todos a dejar cosas atrás. Puede que no sea un país, pero tal vez sea un estilo de vida o ciertos amigos. Tal vez hay hábitos o pasatiempos que Él nos ha pedido que dejemos. El secreto para alejarse de ellos es no pensar en ellos.

¡Pensando, que tal si, es siempre un asesino de la fe! No necesitamos mirar hacia atrás, ¡necesitamos mirar hacia adelante a lo que Dios nos ha prometido y a lo que nos ha llamado!

Hoy cambia tus pensamientos de lo que has dejado atrás a lo que tienes por delante en tu vida en Jesucristo. Mira hacia adelante con fe a lo que Dios te llama a hacer y a todos los maravillosos hermanos y hermanas con quienes lo cumplirás. Verás que tus pensamientos positivos te traerán esperanza en lugar de tentación.

Este devocional es traducido al español gracias a la generosidad de nuestros asociados. Si quieres alcanzar a Latinoamérica a través de tu generosidad ¡Únete a nuestra comunidad de asociados hoy mismo!

Anterior
Anterior

Sustituye los Malos Pensamientos

Siguiente
Siguiente

Tentado Como Tú