No son tus obras, sino Su obra terminada

Mateo 19:12-20

Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?

Mateo 19:16

El joven rico parecía acercarse a Jesús en busca de salvación. Corrió, se arrodilló ante Él y le profesó abiertamente que era un Buen Maestro. ¿Qué podía haber de malo en ello? En primer lugar, reconoció a Jesús como bueno, pero no como Dios. Todas las grandes religiones del mundo reconocen que Jesús existió y que era un hombre bueno, pero no lo reconocen como Dios. Si Jesús fuera solamente ‘un hombre bueno’, no podría salvar a nadie.

Jesús no vino solo para mostrarnos el camino hacia Dios; Él es el único camino al Padre ( Jn. 14:6). Jesús había dicho esto públicamente muchas veces, y por eso le respondió de esta manera al joven rico. Le dijo: “Dios es el único bueno. Debes aceptarme como Dios o no aceptarme”. Jesús era quien decía ser o era el mayor fraude que jamás hubiera existido. Tiene que ser una cosa o la otra, no puede ser ambas.

Segundo, el joven preguntó ‘qué podía hacer’ para ganar su salvación. Confiaba en sí mismo, creía que podía realizar cualquier obra buena que Jesús le pidiera. Esto es completamente opuesto al plan de salvación de Dios. Jesús obtuvo la salvación por nosotros al ser nuestro sustituto en la Cruz, y nos ofrece la salvación como un regalo gratuito. Todo lo que debemos hacer es creer y recibir.

Este joven rico no estaba buscando al Salvador, estaba tratando de ser su propio salvador. Algunas personas son salvas por gracia por medio de la fe en Jesús, y luego tratan de vivir sus vidas cristianas salvándose a ellos mismos continuamente. No funciona así. La salvación que viene de Dios no tiene fin. ¿Estás tratando de salvarte a ti mismo? Todo lo que tienes que hacer es buscar en Él todo lo que necesitas.

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