¿Puedes reconocer a Jesús?
Lucas 24:13-35
Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.
Lucas 24:15
Dos discípulos de Jesús caminaban hacia una ciudad llamada Emaús. Estaban tristes porque pensaban en Jesús. Incluso estaban reflexionando sobre las noticias que habían oído de que Él había resucitado, pero estaban en la incredulidad. Querían creer, pero ‘la lógica y la razón’ no se los permitía.
En ese momento Jesús se les unió en su caminata, pero no le reconocieron. El mismo a quien amaban estaba con ellos, y no lo sabían. ¿Cómo era posible? Si hubieran podido percibir que Jesús estaba con ellos, todas sus preguntas habrían tenido respuesta y su tristeza se habría convertido en alegría.
Esta misma historia se registró en Marcos 16:12-13. En este relato, Marcos dice que Jesús se apareció a estos dos discípulos “en otra forma”, pero eso no significaba que tuviera un aspecto diferente. Más tarde, ese mismo día, Jesús les dijo a Sus discípulos que vieran las marcas de los clavos en Sus manos y pies (Lucas 24:39-40). Parecía él mismo, pero estaba en un cuerpo resucitado. La mente natural no puede discernir la verdad espiritual; la realidad espiritual debe ser discernida espiritualmente (1 Co. 2:14).
De la misma manera, el Señor está siempre con nosotros. Nunca nos abandona, pero a menudo le echamos de menos y nos mantenemos tristes. No percibimos Su presencia porque miramos a través del ojo de la razón en lugar del ojo de la fe. Los discípulos camino a Emaús reconocieron a Jesús cuando partió el pan con ellos (Lucas 24:30-31). Es cuando tenemos comunión con Él por fe que nuestros ojos se abren a Su presencia. Hoy te animo a mirar a través de tus ojos de fe y ver a aquel que ha prometido no dejarte ni abandonarte, obrando en ti (He. 13:5).
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