Tu vida está en Él

Juan 15:4

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Juan 15:4

Esta es una verdad profunda y es la clave para dar fruto, pero es muy fácil de olvidar. Como el fruto nace en el pámpano, es fácil atribuir el fruto al pámpano. Sin embargo, es la vid la que extrajo la vida de la tierra y la canalizó a través del pámpano. Del mismo modo, puesto que somos el pámpano por medio del cual fluye la vida de Dios, a veces pensamos que es nuestra propia santidad la que produce el fruto. En el momento en que pensamos así, ya no permanecemos en (confiando en; aferrándonos a) la vid. Nos volveremos infructuosos si persistimos en esta mentalidad.

Esta verdad es un gran alivio para los creyentes que la entienden y la aplican correctamente. Pone toda la responsabilidad en Jesús. Nuestra única responsabilidad es responder a Su poder. De la misma manera que nunca hemos visto una rama esforzarse para dar fruto, así nosotros solo tenemos que esforzarnos para entrar en Su reposo (He. 4:11). Simplemente dependemos y confiamos completamente en Jesús como nuestra fuente para todo. Si permanecemos y vivimos en Él, el fruto vendrá naturalmente.

Así como la vida de la planta se encuentra en la tierra, la de una rama en la vid, y la del pez en el mar, tu vida se encuentra en tu unión con Jesucristo. Tu fe en lo que Él hizo por ti te salvó; y tu fe y confianza en Él te permiten disfrutar de todos los beneficios de tu salvación. Hoy te invito a simplemente descansar en Él, ten comunión con Él, y síguelo durante el día. Disfruta tu relación con Él. 

¡Encontrarás que toda clase de fruto comienza a manifestarse en tu vida!

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