El Discipulado de Jesús 

La mayoría de los cristianos creen que el propósito principal de la salvación es escapar del infierno. Puede que te hayan enseñado eso, pero no es lo que la Biblia enseña. De hecho, este tipo de pensamiento sirve para confundir y contaminar a la gente, y de esta manera alejarlos de la verdad del Evangelio con respecto a la salvación. 

Si solamente dejáramos de existir al morir y no existiera el infierno, sigo creyendo que Jesús habría venido a la Tierra y habría muerto por nosotros. ¿Por qué? Porque la salvación consiste en tener una relación con Dios. La razón principal de Dios para enviar a Jesús fue restaurar la comunión. Sucede que cuando restauramos nuestra relación con Dios a través de la salvación, una de las ventajas, uno de los grandes beneficios es que escapamos del infierno y nos trasladamos el cielo. 

En ningún lugar de las Escrituras Jesús nos mandó a hacer conversos. Veamos lo que comúnmente se conoce como la Gran Comisión, que se encuentra en Mateo 28:18-20. Dice lo siguiente: 

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. 

Jesús les dijo que enseñaran a otros a hacer todas las cosas que Él había mandado. La palabra griega para "enseñar" en este pasaje es literalmente la palabra que se traduce como "discípulo". La Nueva Versión Internacional tradujo esta expresión como: "Vayan y hagan discípulos". El énfasis aquí es que el Señor nos ordenó ‘hacer discípulos’, no ‘conversos’. En un punto de la historia, la iglesia cambió el énfasis de este mensaje de hacer discípulos a hacer que la gente ‘nazca de nuevo’, dejando el discipulado para los creyentes "maduros". 

¿Sabías que Jesús nunca predicó sobre "nacer de nuevo"? En Juan 3, Él habló con Nicodemo sobre el nacimiento espiritual comparado con el nacimiento natural, pero nunca enseñó o predicó sobre "nacer de nuevo". Tal vez te estés preguntando: "¿Cómo puede Andrew decir esto? Esta es la parte central de todo esfuerzo evangelístico"; y tienes razón, lo ha sido por mucho tiempo, pero creo la Biblia enseña que la iglesia ha puesto el énfasis en el lugar equivocado. Este enfoque, ha rebajado el estándar de Jesús en la iglesia, dejando a la gente con la idea errónea de que todo lo que necesitan hacer es simplemente nacer de nuevo y el discipulado es opcional. Eso no es lo que Jesús nos ordenó.  

Las estadísticas dicen que el 33 por ciento de todos los "cristianos nacidos de nuevo" todavía apoyan cosas como el aborto y el pensamiento de la Nueva Era. Esto no refleja la actitud de una persona que verdaderamente ha nacido de nuevo. Billy Graham expresó que sólo el 15 por ciento de todas las personas que profesan ser cristianos son verdaderamente nacidos de nuevo. Aquí hay algo más que puede sorprenderte: Kathryn Kuhlman dijo que sólo el 15 por ciento de los que recibieron sanidad en sus servicios mantuvieron su sanidad cuando salieron del servicio. Estas cifras deberían decirte algo acerca de cómo se mide el éxito en el ministerio.  

No estoy diciendo que nacer de nuevo y vivir eternamente con Jesús no es importante, ¡es esencial! Estoy diciendo que hemos cambiado el mensaje que Jesús enseñó originalmente. Hemos reducido la definición de "nacer de nuevo" al punto que, en nuestra sociedad actual, se ha vuelto popular decir que hemos nacido de nuevo para ganar aceptación en ciertos círculos. 

Jesús dijo que debemos hacer discípulos, seguidores de Cristo. Cuando invitamos a la gente para que acepte a Jesús como su Salvador, necesitamos enseñarles que esto es un compromiso total de por vida con el Señor. Significa convertirse en discípulo de Jesús. 

La actitud de Jesús hacia el evangelismo es muy diferente a la de la mayoría de los cristianos. A Jesús le preocupa más la calidad del ministerio que la cantidad. 

Juan 2:23-25 dice: 

“Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre”. 

Dice que Jesús no se fiaba de ellos, aunque ya habían creído en Él. Las palabras "creyeron" y "se comprometieron" aquí provienen de la misma palabra griega. Entonces, se puede decir que ellos creyeron en Él, pero Él no creyó en ellos. Sabía que ellos no eran discípulos y no se fiaba de ellos, porque no quería que el hombre testificara por su propia habilidad. 

Cuando escuchamos que alguien ha nacido de nuevo, estamos listos para ponerlos a compartir, especialmente si son figuras públicas con nombres reconocidos. Es como si tratáramos de vender un producto asociándolo con alguien famoso. Esto viola totalmente lo que Pablo dijo en 1 Timoteo 3 con respecto a colocar a un novato en una posición de autoridad. Estos son los tipos de atajos a los que recurren los creyentes cuando limitan la verdadera definición de nacer de nuevo a una simple confesión de Jesús como Señor. 

Mahatma Gandhi dijo una vez: "Hubiera sido cristiano si no hubiera conocido a uno". Antes de liderar la revolución en la India, estuvo exiliado en África. Allí buscaba al Señor, leyendo el Nuevo Testamento. Se había convencido de que el cristianismo era la religión verdadera y de que Jesús era el Cristo. 

Decidió asistir a un culto presbiteriano con el propósito de confesar a Jesús como su Señor. Pero, debido al color de su piel, no lo dejaron entrar. Aquellas personas tan decididas a evangelizar no tenían en su interior la suficiente naturaleza de Dios como para mirar más allá de su color. Y de esta manera, guiaron a 750 millones de personas a una religión pagana.  

En un viaje a la India hace algunos años, me enteré de que había 12 000 metodistas en la ciudad de Ahmedabad, fruto de un gran avivamiento en la década de 1890. Cuando le pregunté al jefe de la iglesia de esa ciudad cuántos eran verdaderamente nacidos de nuevo, me respondió que sólo dos o tres familias; porque el resto seguía adorando a otros dioses. Todo lo que habían hecho era añadir a Jesús a su lista de dioses para asegurarse de no olvidar a ninguno. Obviamente, no eran discípulos. Para las personas de esta ciudad, Jesús no era más que otro de los miles de dioses. Esta no es la idea que Dios tiene del evangelismo. 

Juan 8:30-32 dice: 

“Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. 

Las personas a menudo dicen que si conoces la verdad, la verdad te hará libre. No es correcto. De hecho, estos versículos dicen que cuando continúas en la Palabra, entonces conocerás la verdad, y la verdad que conoces te hace libre. En estos versículos, Jesús estaba hablando a aquellos que ya habían creído en Él. Jesús sabía que solo aquellos que se convirtieran en discípulos serían verdaderamente libres. Creer es mucho más que pronunciar palabras. 

Lo que deberíamos predicar es que Dios nos llama a ser discípulos, y esto comienza con un compromiso con el Señor. Si entendiéramos esto y actuáramos en consecuencia, tendríamos mucho más éxito evangelizando al mundo. 

Considera esto: si evangelizaras a 1.000 personas por año durante quince años, terminarías con 15.000 nuevos creyentes, suponiendo que todas fueran conversiones genuinas. Si llevaras a una persona al Señor cada seis meses y pasaras los siguientes seis meses discipulando a esa persona para que pueda reproducirse, ¿qué crees que pasaría? En un año, sólo tendrías 2 discípulos. Sin embargo, después de dieciséis años y medio, si cada uno continuara reproduciéndose cada seis meses, no quedaría nadie en la Tierra a quien evangelizar. El método de discipulado de Jesús produciría casi 7 mil millones de discípulos en menos de diecisiete años. ¡el evangelismo por medio del discipulado funciona! 

Creo que la iglesia ha fallado en el área de evangelismo, haciendo convertidos y no discípulos. A estas alturas, puedes estar pensando, Andrew tiene razón, pero no tengo ni idea de cómo discipular a nadie. Es mejor dejárselo a los que conocen mejor la Palabra de Dios. Bueno, tengo buenas noticias: ¡Si sabes leer, puedes cambiar una vida! 

Tengo una guía de estudio llamada “Curso de Evangelismo para Discípulos” con 48 lecciones. Me gusta llamarlo "Discipulado para Principiantes". Te guiará a través de las verdades fundamentales del cristianismo en cuarenta y ocho lecciones. Es simple, fácil y efectivo. Lo único que haces es leer una historia corta, hacer las preguntas de la lección, dar las respuestas basadas en las Escrituras, y ver a Dios obrar en la vida de otro. Es imposible fallar con esto. Te ánimo a que tomes en serio la Gran Comisión y comiences a hacer discípulos de Jesús. 

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