El Otro Lado de la Prosperidad 

Llevo un tiempo considerable de mi ministerio enseñando sobre el lado espiritual de la administración de las finanzas. Jesús enseñó más sobre este tema que sobre cualquier otro, así que la mayordomía del dinero es muy importante para Dios. 

La Biblia dice en Lucas 16:10-11 que, si queremos que se nos confíen las verdaderas riquezas del reino, primero debemos ser fieles en lo poco: 

"El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?". 

El primer paso hacia la bendición financiera es reconocer que Dios es tu fuente. Mientras pienses que es tu habilidad y tu talento lo que te hace prosperar, probablemente tendrás dificultades para ser fiel en lo poco. 

En este artículo, quiero abordar el lado práctico de la mayordomía. De la misma manera que la fe está muerta sin obras (Santiago 2:20), creer en la prosperidad sin conocimiento práctico sobre el manejo del dinero tampoco funcionará. 

Para ayudar en esta área, le he pedido a un miembro de mi equipo, Paul Milligan, que se una a mí para discutir el lado práctico de la mayordomía financiera. Había planeado enseñar esto yo mismo, pero después de hablar con Paul en una reunión, sentí que sería de beneficio para ustedes si lo incluía. 

Paul tiene una gran revelación sobre la aplicación de principios espirituales de manera práctica. Es el fundador y propietario de varias empresas y de Life Walk International Ministries. Ha acumulado una gran riqueza de sabiduría en negocios y finanzas, y enseña estos principios en cumbres de negocios, en iglesias, en institutos bíblicos y otras organizaciones en América y alrededor del mundo. 

Paul ha participado activamente en la creación de microempresas en países del tercer mundo como Kenia, Polonia, Bulgaria, Sri Lanka, México y otros. Personas que viven en algunas de las peores condiciones económicas están experimentando la prosperidad que la Palabra de Dios promete cuando siguen estos principios. Si lo que está enseñando funciona en estos países, y así es, sin duda funcionará contigo. 

He aquí algunos extractos de lo que Paul enseña sobre los aspectos prácticos de la mayordomía.  

He platicado con cristianos de todo el mundo que son dadores fieles, pero siguen experimentando carencia y frustración en sus finanzas. Cuando les pregunto, por lo regular me dicen que están endeudados, que no ahorran dinero y que no tienen un plan para su futuro financiero. 

Aquellos que sí tienen un plan, muchos son como mi padre. Están más interesados en la seguridad financiera que en la libertad financiera. Creció durante la gran depresión norteamericana y luego fue enviado a la guerra. Durante los primeros veintiún años de su vida, el mundo intentaba dispararle o matarle de hambre, lo que explica esa mentalidad de buscar seguridad.  

Sin embargo, la seguridad financiera es una mentalidad egocéntrica que se centra únicamente en lo que una persona puede adquirir. Es la filosofía de "Consigue todo lo que puedas conseguir y guárdalo para ti". Esa no es la forma en que Dios ve los recursos. 

 

2 Corintios 9:8 dice: 

"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra". 

 

La Palabra enseña que, si somos buenos mayordomos de todo lo que Dios nos da, dispuestos a repartir para ayudar a satisfacer las necesidades de los demás, Dios puede hacer que toda gracia abunde en nosotros para que tengamos en abundancia. Él quiere que tengamos más que seguridad; Él quiere que tengamos libertad financiera. 

Aunque la iglesia ha enseñado los grandes principios de dar y las bendiciones prometidas de Dios, creo que eso solo representa una parte de lo que la Palabra enseña acerca de las finanzas. El lado espiritual de la mayordomía debe ser complementado con el lado práctico. 

He aquí un ejemplo de lo que quiero decir. Para ser buenos mayordomos, debemos estar de acuerdo con Dios sobre el propósito del dinero. 

 

En Deuteronomio 8:18 leemos: 

"Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día". 

Dios no enseña que Él nos da ‘riqueza’, sino que nos da el poder para crear riqueza. Esto requiere acción de parte del mayordomo. Hay algunas cosas prácticas que debemos hacer aquí, en el ahora, si queremos ver el éxito financiero. Diezmar y dar por sí solo no nos traerá la clase de abundancia de la que Dios habla en Su Palabra. 

 

Uno de los principios más descuidados que Dios enseña es el principio del granero. 

Deuteronomio 28:8 dice: 

"Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da". 

Dios ordena una bendición sobre nuestros graneros. Sin embargo, la mayoría de los cristianos no tienen un granero. No ahorramos dinero, y, por lo tanto, estamos perdiendo la bendición que Dios manda sobre nuestros ahorros. La prioridad enseñada en la Palabra para nuestras finanzas es: Da a Dios, date a ti mismo, y luego da a todos los demás. 

La mayoría de los cristianos han aprendido a dar como si le estuvieran ‘pagando’ a Dios; de hecho, pagan sus cuentas y sus deudas a todos los demás, pero muy pocos se pagan a sí mismos. Dios quiere bendecir tu granero. Comienza con la disciplina de ahorrar dinero regularmente, y dale a Dios algo para bendecir. Dios solo puede bendecir lo que tienes; Él no puede bendecir lo que necesitas. 

Te garantizo que Dios quiere que prosperes mucho más de lo que tú quieres prosperar. Si honras a Dios con tus finanzas y aplicas principios prácticos, Él te cuidará mejor accidentalmente de lo que jamás podrías hacerlo tú a propósito. 

Te invito a que puedas aplicar lo espiritual y lo práctico en conjunto para que experimentes la verdadera abundancia que no añade tristeza. 

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