Pablo y el aguijón en la carne

"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." (2 Corintios 12:7-10)  

Este aguijón en la carne que Pablo mencionó ha sido mal interpretado y mal usado por los cristianos para justificar el someterse a casi cualquier problema que se presente. Satanás ha torcido este pasaje de la Escritura para engañar a mucha mucha gente, haciéndoles creer que Dios no quería sanar a Pablo, así que ¿cómo pueden esperar ser sanados? Examinemos esto de cerca y averigüemos exactamente cuál era el aguijón en la carne de Pablo.   

En primer lugar, este "aguijón" vino debido a la abundancia de revelaciones que Pablo había recibido. Hasta que una persona tenga una abundancia de revelaciones, similar a la que Pablo tuvo, no va a tener un "aguijón". Eso descalificaría a casi todos los que han estado justificando su situación comparándola con el aguijón de Pablo. 

 

Entonces, el versículo 7 dice que vino para que Pablo no fuera exaltado sobre medida. Tradicionalmente, esto se ha interpretado como que era para mantener humilde a Pablo. Por lo tanto, Dios tuvo que ser el autor de ella, porque sólo Dios querría que Pablo fuera humilde. Pero hay una manera piadosa de ser exaltado. Primera de Pedro 5:6 dice: "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere su tiempo". Aquellos que se someten (se humillan) a Dios serán exaltados por Dios. Pablo no estaba hablando de exaltarse a sí mismo por orgullo, sino que el aguijón vino de Satanás para evitar que Pablo fuera exaltado por Dios a los ojos de la gente. Mucha más gente habría recibido lo que Pablo predicaba si todo hubiera sido siempre "color de rosa" para él. Pero estaba este mensajero de Satanás que siempre golpeaba a Pablo y asustaba a los temerosos para que no se comprometieran con Jesús, a quien Pablo predicaba. 

Dios engrandeció, o exaltó, a Josué a los ojos de su pueblo (Josué 3:7). Él continuó haciendo eso con las personas que usó en el nuevo pacto (Hechos 5:13). Por lo tanto, vemos que la exaltación de la que se habla no es negativa, sino que provenía de Dios. Esto refuerza aún más el hecho de que el aguijón no fue obra de Dios. 

En el versículo 7, justo después de que se menciona el aguijón en la carne, hay una frase entre comillas que dice: "El mensajero de Satanás que me abofetea". Esta es una explicación de lo que era el aguijón. No era una cosa sino un mensajero demoníaco. La palabra usada como "mensajero" aquí siempre se traduce como ángel o mensajero, y se refiere a un ser creado. Por lo tanto, el aguijón de Pablo era literalmente un demonio enviado por Satanás para atormentarlo. La palabra "abofetear" significa golpear repetidamente como las olas abofetean la orilla del mar. 

¿Cómo es que esta fuerza demoníaca golpeaba continuamente a Pablo? Tradicionalmente se ha enseñado que era con enfermedad, y lo que hizo que muchos aceptaran eso es el uso de las palabras "debilidad" e "incapacidad" en los versículos 9 y 10. La incapacidad definitivamente significa enfermedad y se usa de esa manera en 1 Timoteo 5:23, pero ese no es el único significado de la palabra. La segunda definición es cualquier carencia o insuficiencia. Por ejemplo, Romanos 8:26 dice, "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad". En este caso, el contexto deja claro que no se refiere a enfermedades, sino a no saber por qué orar. Nuestras mentes finitas son una incapacidad, o una insuficiencia. 

  

Si nos fijamos en el contexto del aguijón en la carne de Pablo, encontramos que debilidad no significa enfermedad en 2 Corintios 12:9 y 10. En 2 Corintios 11:30, Pablo usa la terminología exacta de "gloriarse en las debilidades" que se usa unos versículos más adelante al hablar de este aguijón. En el undécimo capítulo había terminado de enumerar cuáles eran esas debilidades. En los versículos 23-29, enumera cosas como el encarcelamiento, los azotes, los naufragios y las lapidaciones; ninguna de ellas habla de enfermedad. El versículo 27 menciona debilidad y dolor, lo que algunos han tratado de interpretar como enfermedad, pero también es posible que estuviera cansado y sufriera dolor por cosas como ser apedreado al punto de ser dado por muerto (Hechos 14:19). Todas estas cosas enumeradas en 2 Corintios 11 se refieren a persecuciones como incapacidades. Así que, en contexto, el aguijón de Pablo era un ángel demoníaco o mensajero enviado por Satanás que continuamente suscitaba persecución contra él. Esto también lo verifican tres referencias del Antiguo Testamento (Nm. 33:55; Jos. 23:13 y Jue. 2:3), donde se habla de personas que son "espinas en tus costados" y "espinas en tus ojos." 

Pablo le pidió al Señor que le quitara la persecución, no la enfermedad, y el Señor le dijo que su gracia era suficiente. No somos redimidos de la persecución, y Pablo lo declaró más tarde cuando dijo en 2 Timoteo 3:12: "Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución." De muy buena gana, pues, se gloriaba en las persecuciones, los oprobios, las necesidades y las angustias, para que reposara sobre él el poder de Cristo (2 Co. 12:9). La palabra "gloriar" es una palabra antigua que significa ‘tener dominio sobre’ o ‘mandar’. Se usa en Éxodo 8:9 donde Moisés le dijo al Faraón que se gloriara sobre él, o que le ordenara, cuando destruyera las ranas. Así que cuando Pablo habló de gloriarse en estas debilidades o persecuciones, estaba hablando de victoria incluso en medio del acoso continuo.   

En Hechos 14:19, Pablo fue apedreado y dado por muerto, pero Dios lo resucitó, y al día siguiente caminó por lo menos veinte millas hasta la siguiente ciudad y comenzó a predicar de nuevo. El Señor no detuvo la persecución, pero la fuerza de Dios ciertamente se perfeccionó en la debilidad de Pablo (versículo 9). ¿Te imaginas lo que debieron pensar los que lo apedrearon? Podían ver la humanidad de Pablo en los heridas y moretones, pero también podían ver la fuerza sobrenatural de Dios fluyendo a través de él. "Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (versículo 10).   

Hay otros dos pasajes de la Escritura que los que creen que el aguijón en la carne de Pablo era enfermedad han tratado de usar para verificarlo. Uno es Gálatas 4:13-15. Aquí Pablo dice que predicó el Evangelio a estos Gálatas a través de una enfermedad de la carne, y en el versículo 15, hace referencia a que estas personas estaban dispuestas a sacarse sus propios ojos y dárselos a él. A partir de esto, he escuchado a ministros predicar que el aguijón de Pablo era una rara enfermedad antigua que se caracterizaba por ojos llorosos e hinchados. Pero tenemos que observar que Pablo le estaba escribiendo a la gente que vivía en la región conocida como Galacia, que tenía como ciudades principales a Derbe, Listra e Iconio. El caso que mencionamos antes, donde Pablo fue apedreado y dado por muerto, sucedió en Listra, una ciudad de Galacia. Al día siguiente, Pablo se dirigió a Derbe, otra ciudad de Galacia, y comenzó a predicarles. Estoy seguro de que tenía los ojos llorosos e hinchados, junto con múltiples heridas y contusiones, pero no eran el resultado de alguna enfermedad. Eran el resultado de haber sido apedreado. También dice en el versículo 13 que su debilidad fue "al principio", lo que deja la impresión de que fue algo temporal de lo que se recuperó.   

La siguiente escritura es también usada para decir que el aguijón de Pablo era un mal de los ojos; también la encontramos en Gálatas, capítulo 6, versículo 11. Dice: "Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano". Hay quienes han enseñado que los ojos de Pablo estaban tan mal que tenía que escribir en letras grandes. Esto es solo una mala suposición. Es mucho más creíble interpretar que simplemente se refería a la carta tan extensa que había escrito a los Gálatas. 

La razón por la que es tan importante darse cuenta de que el aguijón en la carne no era algo de lo que Jesús murió para redimirnos, como la enfermedad, es para que no nos sometamos a estas cosas. Santiago 4:7 dice: "Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros". Tenemos que resistir, o luchar activamente contra el diablo y sus artimañas, para que huya de nosotros. Satanás ha usado la enseñanza tradicional sobre el aguijón de Pablo para llevar a muchos cristianos a someterse a él. Pero, gloria a Dios, hoy conocerás la verdad y la verdad te hará libre. 

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