Cuando alineamos nuestros pensamientos, emociones y acciones con las instrucciones de la Palabra de Dios, entonces la vida zoe de Dios se manifestará en nuestros cuerpos y almas también.

Una cosa es buscar a Dios y otra muy distinta es que Dios te busque a ti. Jesús buscó a este hombre cuando otros lo habían abandonado. La aceptación de Jesús vale más que todo lo que este mundo puede ofrecer.

Por lo tanto, para ser justos, debemos poner nuestra fe en lo que Él ha hecho por nosotros.

No dejes que tu búsqueda de conocimiento te aleje hoy de conocer a Dios. Lo que sabes no es tan importante como a quién conoces, ¡especialmente hablando del Señor!

La maldición de todo pecado y enfermedad fue puesta sobre Jesús, y cuando lo aceptaste como tu Señor y Salvador, todas las maldiciones fueron removidas de tu vida.

¿Está enfermo tu corazón a causa de alguna decepción? Tal vez tu herida sea más grave que la mía, pero los resultados son los mismos.

¿Qué tipo de acción mostraría la verdadera fe bíblica en tu situación actual? ¿Estás actuando de esa manera?

Jesús ya pagó por nuestra sanidad. El mismo poder que lo levantó de entre los muertos reside en cada creyente (Efesios 1:19-20).

Tu fe para la sanidad física debe comenzar creyendo que es la voluntad de Dios sanarte.

El propósito del Evangelio de Juan está claramente establecido: “Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn. 20:31).

Así que, cualquiera que sea la cosa que hayas dicho o hecho y que sepas que desagradó a Dios, recibe hoy Su perdón y sigue adelante con completa fe en Él.

Hoy puedes reflexionar sobre la verdad de que como creyente nacido de nuevo en Jesucristo, eres un verdadero judío y heredero de todo lo que Dios le prometió a Abraham.

La Palabra de Dios y la experiencia personal demuestran concluyentemente que la paga del pecado es la muerte (Ro. 6:23).

Él fue levantado por ti. Pagó tu deuda por completo para que pudieras ser completamente Suyo.

Siempre que te preguntes si realmente conoces la voz y los caminos de tu Padre celestial, solo mira a Jesús.

Como siempre, la locura de Dios es más sabia que los hombres, y Jesús estuvo a la altura de las circunstancias.

Tu necesidad de fe es mayor que nunca, no una fe ciega que conduce a la superstición, sino una fe educada que se instruye en la Palabra de Dios

Tienes una revelación de hasta dónde llega el amor de Dios; sin embargo, puede que sigas preocupado por si tus necesidades serán satisfechas y tu cuerpo sanado.

No puedes deshacerte de los pensamientos negativos reprendiéndolos. Hay que sustituir los pensamientos no deseados por otros nuevos.

Muchos creyentes intentan controlar sus acciones, pero no se dan cuenta de que las acciones son un resultado directo de su forma de pensar. Se permiten el lujo de reflexionar sobre cosas que no deberían, y luego, cuando llega la tentación, luchan por permanecer fieles a Dios.