No hace ninguna diferencia cuánto tiempo llevas conociendo al Señor o la cantidad de trabajo que has realizado en Su reino, tú irás al cielo con el resto de nosotros

Si estás confiando en tu sueldo o en la bolsa de valores como tu fuente de seguridad, entonces ¡puedes perder tu paz y alegría en cualquier momento!

Jesús obtuvo la salvación por nosotros al ser nuestro sustituto en la Cruz, y nos ofrece la salvación como un regalo gratuito. Todo lo que debemos hacer es creer y recibir.

Convertirse en una sola carne con alguien, tener relaciones sexuales, no es matrimonio. El matrimonio va más allá de convertirse en una sola carne.

Jesús vino a quitarte el corazón duro para darte un corazón compasivo, ¡así que no permitas que tu corazón se endurezca de ninguna manera!

La justicia de Dios no es algo que tú puedas ‘hacer’ sino algo que recibiste como un regalo cuando pusiste tu fe en Jesucristo.

No solo tenemos a un Dios que es un juez justo y que vengará a Sus elegidos rápidamente, sino que también tenemos a Jesús como nuestro abogado.

Así como el relámpago es visible para todos, el segundo regreso de Jesús será presenciado por todo el mundo.

Cuando enfocamos nuestra atención en nuestros problemas, estos se magnifican; cuando pensamos en la provisión de Dios para nuestros problemas, la respuesta se magnifica.

El gemido genuino en el Espíritu es un tesoro precioso, y siempre producirá un buen fruto en tu vida, así que cuando experimentes esto simplemente fluye con el Espíritu Santo.

Cuando nacemos de nuevo recibimos la vida eterna de Dios, y nunca moriremos espiritualmente otra vez. Esta promesa es hecha muchas veces en las Escrituras para cada creyente.

El principio de la confesión de fe funciona cuando declaramos la verdad espiritual, que es lo que Jesús hizo, y debemos seguir Su ejemplo.

Nuestros cuerpos resucitados serán inmortales (no estarán sujetos a la muerte), y serán como el cuerpo resucitado de Jesús.

Dios nos convence de pecado, pero no nos condena. Si nos sentimos condenados, hemos recibido condenación y vergüenza del diablo.

Solo porque Dios nos amó y perdonó primero podemos amar y perdonar a los demás.

No debemos buscar justicia por nuestra propia mano y defendernos. “Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor”

La Biblia es clara en que cada persona nacida de nuevo que tiene la esperanza de la resurrección está buscando purificarse y ser santa como Jesús.

Él es un Dios que hace milagros; por lo tanto, siempre hay esperanza para aquellos que confían en Él.